Años
que el tiempo desprende,
donde
pucheros de barro se cocían
sentimientos,
junto a mullidos garbanzos.
Alrededor
de las chozas,
correteaban
chiquillos con
alpargatas
de esparto.
Por
caminos y veredas
no
crujían los zapatos.
Sí,
unas suelas con sus cuerdas
colgaban
de nuestros brazos.
Corríamos
por los huertos,
por
la vega y por los canchos.
Libres,
soñábamos como pájaros,
hasta
que el sueños atrapaba
nuestros
menudos cuerpos.
Así
trascurren los años.
años
de sueños cumplidos.
Sueños
de niños jugando
alrededor
de las chozas,
pero
compartiendo sueños.
Sueños
de miel y cedazos.
"descalza sonriéndole a la vida"
Limpiando
las miserias de mis dedos
abro
un libro entre las manos y miro
la
claridad del agua que, aunque distante,
esta
limpiando prodigiosamente
su
mente de impurezas,
degustando
su sabor eternamente.
Antonio
Molina Medina
06/02/17