Años
que el tiempo desprende,
donde
pucheros de barro se cocían
sentimientos,
junto a mullidos garbanzos.
Alrededor
de las chozas,
correteaban
chiquillos con
alpargatas
de esparto.
Por
caminos y veredas
no
crujían los zapatos.
Sí,
unas suelas con sus cuerdas
colgaban
de nuestros brazos.
Corríamos
por los huertos,
por
la vega y por los canchos.
Libres,
soñábamos como pájaros,
hasta
que el sueños atrapaba
nuestros
menudos cuerpos.
Así
trascurren los años.
años
de sueños cumplidos.
Sueños
de niños jugando
alrededor
de las chozas,
pero
compartiendo sueños.
Sueños
de miel y cedazos.
"descalza sonriéndole a la vida"
Limpiando
las miserias de mis dedos
abro
un libro entre las manos y miro
la
claridad del agua que, aunque distante,
esta
limpiando prodigiosamente
su
mente de impurezas,
degustando
su sabor eternamente.
Antonio
Molina Medina
06/02/17
Hoy mi querido amigo con tus letras has hecho que repose mi cabeza y soñando otra vez con la mejor etapa de mi vida. La niñez que arropa con ternura, sin problemas, con dulzura caminando entre juegos, imaginando un día poder ser princesa de un cuento de hadas, luego por desgracia la realidad es otra. Un fuerte abrazo y feliz semana.
ResponderEliminarDesde las letras de tu poesía se palpa la ternura en esa niñez que hay en ti porque todos llevamos aun ese niño que siempre va con nosotros.
ResponderEliminarPreciosa entrada, mi admirado Poeta , un lujo leerte y disfrutar de tus fotos.
Un beso.
Mi querido Toñín.
ResponderEliminarQue sería de la madre tierra, de los mares, montes, valles y los ríos.
Sin tus elogios...nada, porque tus elogios les dan vida.
Esa inocencia nata de tu niño interno, saca amor de ese generoso y noble corazón.
Voy a dar un repaso.
Sigo ausente, pero los "raticos" que tengo aprovecho para visitaros.
Un abrazo.
Ambar
Venturosa niñez
ResponderEliminarpor donde se fundan los valores, el amor a lo nuestro...
y se guardan esas vivencias para reflexionar en lo que nos deja de regalo la vida cada día.
gracias.