Eres esplendida
amazona.
Caracoleas con
tu montura al toro agreste.
Entre reses
bravas esta tu vida.
Y las sorteas
con pericia y gallardía.
Cuando te toca
matar sacas la espada,
la blandes al
viento con soltura,
la clavas, y en
vez de sangre brotan
flores curtidas
cuyo olor te embriaga.
Odorífero
embrión que provoca la locura.
Perdonándole la
vida con sonrisa complaciente.
Porque, matar
no forma parte de tu vida.
Porque tu
corazón, es noble, tierno y fuerte.