DOLORIDO

Me viste cual soy
inmiscuido en  mi silencio
sumergido entre la niebla
blanca, azul, negra…
La vida no se cierne
necesita de tus hilos
indoloros, plateados
el placer envuelve mi alma
de un amor asentado
que sigue su cauce de río
de mirada firme, sin parpadeos
serena y llena de gritos,
de sueños que no concretan
donde el poeta se refugia
se resigna y arde más.
La soledad rompió su bandera
el olor a pasto de cielo, a pradera
le envuelve, le apresa.
Los garfios que le atenazan
ni duelen, ni aprietan.
Molina Medina