LUISA

Una loba lo crió
en un cortijo en la sierra.
Le amamantó con sus pechos
Y le enseñó a ser persona.
Supo inculcarle la sabia
de raíces de su tierra.
Su corazón fue su guía;
su comida, su fortuna y
las leyes que concebían
eran su pura miseria,
que las cubrían de oro,
del color de las espigas.
El tiempo que todo lo cura,
con jazmines furtivos,
sembró de campo su vida.
Antonio Molina Medina