VOLVER A SUS ORÍGENES

  

Chorrosquina- El Cobre- Algeciras

-“Nadie duda de lo que ve sino de lo que piensa” afirma el poeta”. Y Juan de Mairena recuerda: “Decía mi maestro: pensar es deambular de calleja en calleja, de calle en callejón, hasta dar en un callejón sin salida. Llegados a este callejón pensamos que la gracia estaría en salir de él. Y entonces es cuando se busca la puerta al campo”.

(Antonio Machado)

Parque de los Alcornocales. El Cobre. Algeciras

Otra vez ¡y mil veces que lo haría!  Por poder volver al sur buscando la patria mía. Entre raíles y traviesas ha transcurrido su vida. Encuentros y desencuentros,  fue la sustancia un laberinto, mientras dejaba las huellas en su huida, las de las traviesas que las llamas consumían en todas sus travesías, que en su día las había.

El sediento Sur le llamaba y le sigue agitando su corazón  que le guía noche y día, aunque su figura pierda  la energía ya, más viejo, pero erguida su figura, mientras siguen cayendo letras desde las nubes de su cielo en pleno invierno. Hoy, desde su infancia, en la que quedó marcada su sustancia, donde en su tierra todo era movimiento, envueltos sus dedos entre el arado y la hoz, dejó corazones que agitaron su conciencia entre manos y dedos de lágrimas que salpicaron su menuda herida.

 

Parque de los Alcornocales- El cobre. Algeciras

Ahora ya nadie le espera, y 
tan solo que hasta los trenes dejaron sus gabanes de madera que sustentaban su estructura junto a los asientos que nos unían a figuras humanas que respiraban sueños para unirse a su agonía. Hoy sigue entre raíles, ya caduco su cuerpo, entre convoy nuevo, desbocada su entidad, buscando su final por el camino de estas inmensas y notorias vías y trenes modernos, dejando sus orillas colmados de ruinas, y las praderas olvidadas e insondables de quimeras sin realizar, sin valorar; sin fuentes donde saciar su sed sin rencores nocivos que sentir ni el agua de la vida, mientras la máquina de vapor expele sus sueños  que salen blancos por esta travesía.   

 

Ansía volver al lugar donde volvían, incluso las golondrinas,  aunque el nido ya fue desmontado por las aguas de los años del rencor... incluso de la ira… Ya la mesa se hizo polvo y los asientos de corcho se acurrucaron tras la nada, y la lumbre de su presumida candela, cual antorcha, dibujaba su sombra entre la blanca cal de su cocina desapareciendo su propia orografía. Pero al volver a su tierra solo buscaba la paz que nunca encontró en su vida buscando esa puerta abierta, esa mesa y esas sillas, y ese pan negro que un día le sonaba a sentimientos que hoy desaparecieron mientras dormía entre la lluvia  que borro sus pasos en plena serranía.

 

Bahía de Algeciras Andalucia

Se asomó desde una loma, entre los chaparros, con la mirada puesta en su Bahía, descubriendo esa niñez perdida y encontrada mientras los barcos transitaban lamidos por las suaves y pacíficas olas  que rompían en el acero de sus cuerpos, que hasta el sonido absorbía su sonrisa entre la calidez del aire que se filtraba dentro de su organismo.  

 

Si bien, los años, los trae en las arrugas de su cuerpo, incluso en sus propias heridas ya que el corazón, con sus tañidos, que son siempre de alegría y rebrotan sin tregua al pisar la tierra mía… La tierra donde le parieron dos seres que amaron la vida. Solo son evocaciones que, intocables, se adhieren a su CULTURA cuál broche de oro preñado por la agonía… junto a los hombre y mujeres que rompían sus manos en la siembra y de aquellos que lo dieron todo, incluso sus vidas, por intentar protegernos de esa tiranía impuesta que malparieron en su día, los que aún dominan nuestra tierra: ¡mi dolorosa y explotada Andalucía! tierra mía, al borde del abismo y sin sustento y al borde de la agonía.

Andalucía 


Antonio Molina Medina        

24.04.23