AL LIMITE… DE SU LIBERTAD.

Parroquia de la muy noble y leal Ciudad de Orduña-Bizkaia.

De mis soledades vengo
y a mis soledades voy.
Por el camino me encuentro
gente con quién confesarme y
contarle todas mis penas,
mis alegrías en la vida.

Juntos sabrán a gloria.
Serán sustento y delicia
que sigan calentando una vida.
Arrullándome  a la aurora divina
parten sin compromiso.

Poca cosa te diré y menos yo te exigiría
si no fuese por tu ser de esa mujer de valía
que supo en su día comprender
el valor que  tiene una vida.

Tu entereza y comprensión
no lo desarrolla cualquiera en
este mundo de locos,
de maldad  bien manifiesta.
Los que dan consejos
y nos prometen la gloria
son los que más odio generan.

Que Dios nos pille confesados si
vuelven a gobernar con los curas,
y las monjas y las fiestas de guardar.

Antonio Molina Medina



LA VERDAD


La verdad es que soy un poco infantil y vivo de sueños. Pero también piso la realidad y se impone mi propia cordura, querer algo que solo puede ser magia. Solo la magia une a las personas. Y hay ojos muy bellos que no son alcanzables en este desierto en el que vivimos.
Pero sin sueños la vida es más oscura, más dura, menos intensa. Cada día que amanece cuesta un poco más seguir viviendo de los sueños. La realidad me despierta hoy, serena y cuerda, con razones que dejan sin capacidad de reaccionar a mi mente. Los sentidos se aplacan con la misma medicina, dejar de soñar lo inalcanzable. Aunque fuera poca cosa, mirar a los ojos a personas que aprecias y sientes los latidos de su corazón a través del mismo aire que respiramos.
Ya ves, me considero un afortunado porque puedo respirar un día más y caminar por las veredas de antaño, seguir soñando como un niño, ya que los niños nunca alcanzaran todos los sueños que almacena su alma.

Sé que soy muy torpe. Quizás inútil. Un ser que busca lo imposible, lo inalcanzable aunque solo de poder mirar su mente en un ser amable y sensible. Como el que mi mente sueña, y que le sigue a todas partes.
Por muchas luces que se apaguen en este corazón torpe, en sentimientos alcanzables. Seguiré ahí sin miedo, pero con sueños. Mi alma se siente segura en los pensamientos que pasan por sus ojos sabiendo que todo es un sueño inalcanzable.

Alguien dijo, si buscas la felicidad, esta al final del horizonte..., camina y mira al final del camino, que la encontraras. Pasó el tiempo y seguía caminando y se encontró con la persona que le dijo que caminara mirando el horizonte, para decirle que, él seguía caminando y no veía el final del camino... Y le contesto... Sigue caminando que al final de tu vida lo encontraras.
Sé que son torpes palabras las mías, pero sigo por los caminos y seguiré caminando. Qué más felicidad que poder seguir recorriendo lugares compartiendo la vida con los seres que aman que, buscan la felicidad a raudales.
Antonio Molina Medina


AUTODEPENDENCIA


La música inunda la pradera. 
Su sonar incita a la primavera, 
refulgente y presta a resurgir, 
¿Qué más quiere el hombre que ser primavera? 
Constantemente siente los latidos de un corazón 
que asiente convulsionando los cimientos de 
un alma atormentada, en los silencios de la noche 
envolvente y plácida. 
La quiere, la quiere tanto que su corazón 
retumba como animal fiero. 
Corazón, ¿Por qué te despeñas? 
¿Por qué amas tanto sin reservas? 
Lo das todo por la mujer que amas y amarás. 
No hay posibilidad de dar un paso atrás. 
Todo está escrito en las estrellas. 
Así es la vida. Así son las cosas del corazón 
para los que tanto aman.
Antonio Molina Medina

MUJER


¡Cuánta paz trasmite su mirada! ¡Cuánto amor acumulado el que surge de su cuerpo! Su corazón brama con ansias. Sólo su pensamiento se solaza con un amor descubierto, sin fronteras; sólo él se desborda sin compuertas o barreras que se instalen y detengan la sangre de sus venas.

De su cuerpo fluye la vida. Se dejó atrapar. Son sentimientos los que le estimulas, mujer. Mira su figura, que le consuela y sus ojos: que le hacen soñar y vivir intensamente. Colgado a su cuello, instalado en su alma, siente los latidos de su corazón: que tanto quiere, tanto ama y amará…
Antonio Molina Medina