ANDALUCÍA

 


Andalucía… Esparcidos por el mundo para buscarse la vida tuvieron nuestros padres que emigrar por la codicia de unos cuantos que no pensaban en los demás… Hoy, quizá, seamos tu descendencia, aunque tu no lo sientas. Eres la tierra que me parió, hoy sumisa y torturada por los unos y  los otros. Tus caminos se disipan y se ausentan, y tus gentes se dividen sin cordura, ya que la misión es la victoria,  que ya a nadie le interesa.

Pero tus letras y tu bandera siguen ondeando en nuestras conciencias y seguimos soñando con ellas; y no se altera la memoria para cantarte tu gloria: la de una tierra gloriosa que golpea la memoria.

 


Eres parte de nuestro mundo dentro del mapa de nuestra historia. Tierra de fértiles gentes, con tu idioma que hoy nos quema; con un destino común indivisible y sencilla señora, con mucha historia.

Todavía te recordamos tierra mía, tierra nuestra… Junto a tus leales personajes, los que lucharon en la sombra dejándonos en la memoria tu fuerza y tu geografía, la que lucía en tus genes por los pueblos y sus gentes tan sencillas.

Hoy el mundo te contempla,  Andalucía, como una hermana que sufre entre huéspedes que no sueñan… entre altavoces que gritan melodías sin sentido que nos incordian… entre montañas lejanas que gimen hoy por tu alma ¡Tierra bendita sureña!


El mar te sigue arropando y contempla tu grandeza donde palpitan los barcos, y las chalupas se acuestan recogiendo sus velas hasta la puesta de sol. Hoy, el hierro adormecido sujeta con soldaduras en tus puertos adormecen, con brazos y composturas, gritando por sus troneras, canciones entre la niebla.

Tus provincias se pliegan a tus plegarias por todo tu territorio cuál ocho buques de guerra, con sus cañones de libros  pertrechos de luces nuevas, poblarán todos tus mares, ¡Imparable mujer bella!


De norte a sur te acicalas del este al oeste, nos cobijas entre tus alas, y las luces de la noche, los alaridos del monte se posan en nuestras conciencias, como surcos en los campos que se cruzan en la memoria.

Suenan los golpes de fragua, y el picón vegetal se quema en su cuerpo despojándose de sus tinieblas. El yunque se recrea y palpita, mientras los briosos herreros, con sus mazas, aporrean ¡Estruendosos sus latidos tierra mía! cuyas pulsaciones acompañan mis quejidos, entre cuerdas de guitarra y bocas que no descansan con salmos en su garganta.


Andalucía espíritu de aventureros, de patriotas que lucieron con hidalguía el emblema de su patria, del amor a esa su tierra; que siguen entre lamentos la cruz que hoy la domina, mientras el humo de sus chozas se eleva por sus praderas y orilladas en sus ríos, cuyos rayos de luz se posan tras sus montañas, donde la blanca nieve se posa deslumbrando las mañanas.

Hoy se acumulan tus miedos, cual barco que necesita su guía.

Andalucía, eres nuestra madre, patria mía, y nunca serás mirada como linda serranía mientras tus hijos no entiendan que nosotros nos iremos y Tú… ¡Serafín del mundo! seguirás viva y con crías, sonriente entre las olas del tiempo, verde o negra para el corazón de tus gentes ... ya que descubrirte es misión del que te quiere y lucha por ti… hasta conseguir construirte como NACIÓN ¡Tierra mía!

Antonio Molina Medina

2702.22

ATRAPARON SU ALMA…

 

Sinovas-Aranda de Duero

Hola mi querida y admirada amistad:

De ese rosario de perlas que mana de tu figura,

que reluce la sombra de las fuentes de nácar.

De agua pura, acuífero perpetuo

cuyos dientes me atrapan. Perlas en tu boca

refulgente saliva da brillo a tu sonrisa

recuerdos que queman perforando almas.

La montaña nos envuelve. Nos engancha.

Tu sonrisa brota de la cueva humana.

Mágica, segura, principio de amores y esperanza

mi corazón se desprende de envolturas inservibles

se desparrama y clama por su ladera y

por su plaza, calles de pedrería de añejas esteras

que mis ojos se dilatan.

 

En una pequeña cueva la noche mágica nos envolvía.

Nos dejamos atrapar entre versos y poesía.

Palabras que brotan del viento

por entradas de hilos de plata.

Sentí el calor de tu cuerpo. Lo sublime de tu mirada.

Tus ojos me transportaban como dos limpias espadas.

Emanabas sabiduría, buscando respuestas claras las

que a mí me arrancabas, consciente,

por la limpieza de tu mirada.

 

Ya nada es diferente a la mujer. El embrujo de la sierra.

Del suspiro de sus gentes donde brotó la palabra.

La montaña nos atrapó y Federico, encantado,

nos ofreció su sonrisa e ilusión.

Desde su morada, el Rey moro de Granada,

nos animaba a seguir, a continuar nuestra dicha,

a sonreír, soñar y querer. Amar envueltos en la nieve

cuya blancura nos envuelve. Pureza para mentes sanas.

 

Río de la Miel- El Cobre-Algeciras

En taberna añeja, acoplada a su montaña

me  atraparon tu duende, tus ojos y tu alma.

Deje entre sus piedras, parte de mí vivir,

entre juegos y lágrimas, amores del alma

quemaron mis entrañas. Secan mi garganta.

Y brotaron lágrimas de amor y esperanza.

 

Desde pequeño rincón, incrustado en mi costado,

Absorto te contemplaba. Perplejo, lleno de sueños

mi corazón no mentía. Sólo así se liberaba.

Brotando de él agua pura de manantial renovado.

Montaña de sueños junto a su Alhambra.

Las hadas, los gnomos, los duendes me atrapaban.

Me  modeló por dentro.

Vida renovada. Federico se ríe. Se solaza y calla.

Hadas sonrientes, les brotan las lágrimas las

que compartían con fe y esperanza.

Son las nuevas vidas que ellos atrapan.

 

Ellas, sonrientes, se miran y callan.

Él las contemplaba: estaba vacío y

no sentía nada. Su mundo había muerto,

otro comenzaba y no sabía nada.

Solo los poemas que ellas recitaban,

le entraban en su mente, corazón liberado.

Insertados en sus almas sentimientos trepidantes.

Los que caminan juntos, manos atrapadas...

Que un día viajando, encuentro fortuito

en la añeja montaña.

Caminos, senderos, gritos doloridos,

mentes liberadas. Vidas palpitantes

que una estrella errante atrapó la montaña.

 

Se disipó la niebla. Ellos se aferraron a

manos de esperanza. Tres vidas encuentran,

el aire respirable que envuelve sus vidas.

Perforan sus cuerpos y nace la esperanza.

 

Se aferraron briosos: manos, vidas, sueños

llenos de placer, mentes limpias y claras.

Sueñan estremecidas envueltas en nubes.

blancas. Puras. Briosas las que

brotaron de sus almas.

Antonio Molina Medina

2022

Y EXPLOTÓ LLENO DE VIDA

 

Mientras Lucía trabaja... Pepe la contempla y aprende de ella.

Si os suena a libertad lo que él escribe y siente,

se lo debe a un corazón caliente y tierno.

Quizá somos el sol y la luna que alumbran nuestras vidas,

si no, ¿qué sería de él? sólo con Federico;

una sombra, como lo ha sido: tierra apelmazada,

llena de mentiras y de la nada.

 

Ya basta de quimeras y de fingimientos.

El corazón no es de nadie,

sólo de aquellos que se entienden

y comprende lo que hacemos y él les percibe.

 

Era una hoja que se deslizaba

a tierra antes de tiempo y

alguien la cogió antes de su caída

y la depositó con mucho acierto

en su corazón, que mana a borbotones nueva vida.

 

Esa es la historia, quizás interminable

que alguien le recogió; hoja caída, marchita

al resguardo de los vientos de levante

que soplaban para consuelo del campesino

cuando lanzaba la mies al aire,

para separar el trigo de la paja.

 

Gracias a la luna del alma por su comprensión y

locura. Porque hay que estar locos para fijarse

en corazón dolorido, donde abunda más

el llanto que la risa y compartir con él

sus penas y alegría.

Y volveremos por los caminos al lugar de los sueños. Getares.


Antonio Molina Medina

2022

CABALLO Y JINETE

 

Majal Alto. Chorrosquina. El Cobre. Algeciras

El jinete llevaba unas semanas que andaba trasteando al animal y éste, se resistía, no solo a que le colocaran el bocado dentro de su boca con sus correas para dirigirlo mientras galopaba, también era imposible ponerle la silla de montar. Pero algún día tenía que ser, ya que la pericia y el tesón de su dueño no tenía límites y todo lo que se le cruzaba difícil, con más tesón lo intentaba hasta que lo conseguía.

 Una tarde en la Era el trillo daba vueltas por la parva, cortando las gavillas esparcidas por el pavimento seco y duro de su Era y mientras la pareja de caballos del cortijo patean la cosecha con sus cascos relucientes, tirando del trillo cuyas cuchillas cortan la paja mientras, un campesino desde el centro de la era, con la correa entre las manos controlaba a los animales dando vueltas al compás de las bestias.

La claridad estaba dando sus últimos coletazos, los rayos del sol que les calentaba estaban al borde de las lomas de la sierra y la oscuridad daba paso tímidamente en la Vega.

Parque de los Alcornocales. El Cobre. Algeciras

 
El sol se agitaba  con furia del seno entre las nubes brotando su brioso azul que nos ilumina sujetando la claridad ante la sombra la que nos acecha sin tregua cada día, los hombres dan de mano de su tarea y se proveen de un descanso bien ganado, lo mismo que a las bestias las que son despojadas de las correas que las unían al trillo y las  soltaban por el verde de la ladera.

 El grupo de jornaleros se reagrupan para echarse un cigarrillo, sacando sus petacas y paquetes de picadura de tabaco de Gibraltar y un librillo de papel- zis-zas- sujetando con una mano su papel y con la otra desparraman el tabaco sobre el papel para envolverlo cuidadosamente e incidir con la lengua en sus bordes después de conseguir con mucha pericia la figura de un espléndido cigarrillo  que encienden con un mechero (artilugio de hierro y una mecha ,y con un departamento donde una piedra al roce de su rueda  que con su dedo gordo presionaban hasta conseguir unas ligeras chispas que se insertan en la mecha y con un soplido que sale de sus pulmones brota la brasa con la que encienden sus cigarrillos).

Sus charlas son amenas, y para los niños son un deleite para los sentidos: se depositan, sin perjuicios, en sus menudas y ansiadas mentes, que ellos ya están comenzando a rellenar con palabras, esos recuerdos tan sabrosos que siempre permanecen entre los cimientos de sus mentes.  

 

Parque de los Alcornocales. El Cobre. Alg...

De entre los mozos surge una joven y altiva figura que hizo mella en la Comarca y pregunta:

- El caballo que ando domando, ¿por dónde anda? 

- Está por la parte arriba cerca del Chorro - le indican.

- Juan, por favor,  sube a por él y lo bajas, está trabado... Ten cuidadito, que ya sabes cómo es; tiene una soga amarrada a el pescuezo.

Juan sube la cuestecilla y se encuentra con el animal trabado de sus patas delanteras, mordisqueando la fresca yerba por el regajo de las sobras del agua que se escapa de la pila del Chorro. Al estar trabado, se pudo acercar, le acarició el cuello muy despacio ya que el animal lo miraba con desconfianza, le quitó la traba de sus patas delanteras, ( antes ya tenía en su mano la soga que tenía en su cuello), la soltó y arreó al animal  que se detuvo al llegar a la Era, donde le esperaba su dueño y domador.

 

Río de la Miel. El Cobre. Algeciras

El fiero caballo con algún que otro relincho y  levantando las patas delanteras le hizo frente a su dueño pero este, ya sabía cómo se  las gastaba el caballo y, con una sonrisa en su cara y los ojos fijos en los del animal, se fue acercando hablando muy lentamente palabras indescifrables... y se fue acercando, recogiendo la soga de su cuello, acaricio su cuerpo y el animal no paraba de temblar y de soplar con fuerza y con furia.

- ¡Apartaros un poco! -  Les decía su dueño

-¡Que lo tengo a punto de su doma! -les señalaba.

Ya son las dos os las que posaban en el caballo, las que acariciaban su cuerpo entre suaves susurros y palabras templadas y sibilinas, de su boca brotaba ese silbido amoroso que el animal comprendía; después de muchos tira y afloja incluso con más de una vez poner al jinete en el suelo cuando saltaba sobre él creyéndolo ya domado; esta vez las caricias y silbidos prometían su bien hacer.

El negro y brillante pelaje de su cuerpo de vez en cuando temblaba e intentaba soltarse de su dueño, saltando con sus cuatro patas pero el jinete dejaba que se destensara la cuerda y el animal cedía y se calmaba. Fue una limpia pelea entre el jinete y el caballo, pero el cariño y los susurros pudieron calmar al animal.

La Era quedó sin personas…  se habían alejado por prudencia dejando solo al caballo y su jinete y este le puso una manta y con una mano la deslizaba por el lomo del caballo y sus temblores poco a poco se detuvieron y su resoplar fue bajando de intensidad, le dio una vueltas al trote mientras le silbaba por el borde de la era y, ya más tranquilo, fue recogiendo la soga que le unía a su brazo, pasando de un lado a otro caminando y resoplando hasta llegar a su dueño.

 

El Cobre. Algeciras

Aún le quedaba lo más duro para conseguir poner: la 'cerreta' o bocado y la silla.  

Muy lentamente le acerca la 'cerreta' con sus artilugios de hierro y correas de cuero, los desliza muy lentamente por su cuello y a la vez el animal comenzó otro vez a dar saltos y relinchos que el jinete,  ya bien preparado, vence esas acometidas del animal, su animoso jinete le deja que se desfogue y continua con los mismos movimientos unas cuantas veces hasta que lo consigue… ya cansado el animal le abrió la boca para introducir el hierro para la lengua, y las correas cubrieron su cabeza dejando en su cuello las correas con las que dirigiría  sus movimientos.

 

Le dio unas vueltas al trote por la explanada y seguidamente lo detuvo. Y con una manta volvió a trastear por sus lomos preparándose para colocar la silla …   La cosa se complicaba más y aquí era donde el jinete tenía que estar ya metido en la mente del animal para que soportara por primera vez un cuerpo extraño para él, como era la silla y el roce de los estribos (que eran de hierro) donde el jinete colocaba sus botas. Ya con la manta puesta para evitar roces en su piel, amarró con la soga al caballo de un árbol cercano y se dispuso a ponerle la silla en sus lomos. Lo intentó varias veces pero el caballo saltaba con las patas traseras arrojando su extraña carga entre los temblores de su cuerpo, pero el jinete ya sabía que le tenía ganada la partida al animal y, por fin, puso la silla en sus lomos y muy lentamente, con palabras muy cariñosas y caricias más bien con sentimiento, dejó caer de la silla el estribo, rozándose muy suavemente en su costado, con lo que el animal no estaba aún conforme, ya que temblaba y alborota con fuertes y atronados relinchos, volviendo a arrojar la silla un par de veces más hasta que por fin, la silla fue colocada y consiguiendo sujetar pasándole la correa por su vientre para  apretar la silla de montar…Sin más, intentó subirse al caballo y en su primer intento le costó otro golpe en el suelo, aunque ya sabía cómo caer en estas situaciones ya que era un experto domador…

 

Orduña Bizkaia

 Amaneció un día más y los campesinos volvieron a las tareas de la trilla y ya al atardecer, recogida la parva, se pusieron a aventar el montón hecho y el viento, que sonaba grave, trémulo, proviniendo de Levante, era propicio para dicha faena. Uno por cada punta del montón de la mies, con las horcas de madera, elevaban el grano y la paja que caían por su peso; el grano caía precipitadamente y la paja volaba a su lado derecho al borde del montón del grano, formando un montículo o pequeño cerro, para luego empaquetar en alpacas con  la paja para dar alimento al ganado.

El trigo, ya medido por fanegas lo iban introduciendo en sacos de veinticinco kilos y de cincuenta kilos para su transporte a los molinos ubicados en los aledaños del río de la Miel.

Se echó la tarde en la colina y dieron de mano los campesinos, y el jinete miraba para todos lados buscando su caballo y no lo percibía su vista y preguntó a los campesinos:

 -¿Sabéis dónde puede estar el caballo que ya lo tengo casi domado y no lo veo por aquí?

 - ¡Sí! -le contestaron. -Está a la parte de abajo del Chorro, en el regajo comiendo el verde pasto.

 -Anda, Juan ,que tú ya lo trasteas …   Vete a por él, le sueltas la traba y me lo traes.

Tertanga. Álava

El caballo lo olfateaba y sus ojos no dejaban de mirarlo, ya que había levantado la cabeza y dejó hasta de masticar el pasto; Juan se acercó al animal -sin perderle la cara- y lo acaricio y al caballo aun le salían resoplidos y aspavientos con su cabeza. Lo destrabo y lo cogió de la soga que tenía en su cuello, lo acercó a la Era y su dueño lo cogió y con mucho mimo, lo acariciaba y le hablaba en su oreja mientras lo palmeaba en el cuello con su mano derecha.

Los compañeros de trabajo lo dejaron solo con el animal y comenzó de nuevo la última parte de la doma: El bocado lo aceptaba, el animal resopló molesto por ese cuerpo extraño que no se acostumbraba a tener en su boca y cabeza, pero cuando intento ponerle la silla el animal insistía en rechazarla con algún que otro salto y resoplidos y relinchos de impotencia, e insistía en tirarla de su cuerpo. La lucha fue dura entre el caballo y jinete… pero la tenacidad y fuerza mental, la juventud de su jinete enaltece su figura y consiguió ponerle la silla encima de sus lomos y ya, poco a poco, restregando el herraje del estribo y pasar la cincha por debajo de su vientre sujetando la silla, aún con infinita paciencia y soltura.

Cogiéndole por las correas del bocado le dio unas vueltas por el lugar y parecía que el animal se había entregado a su dueño.

Orduña Bizkaia

 
La expectación era inmensa, ya que tocaba subir su cuerpo encima del animal y a ver como reaccionaba con él en sus lomos. Muy lentamente entre palabras amables y caricias muy mansamente puso su pie izquierdo en el estribo, mientras dos primos suyos sujetaban el caballo del cuello; elevando su cuerpo sobre la montura y posando su cuerpo sobre la silla, el animal temblaba y resoplaba.

Soltaron el cuello del animal y jinete y cabalgadura salieron de estampida en dirección a la tapia de piedras del Tunar y los que observaban el espectáculo gritaron:

 -¡Lo va a tirar!¡La tapia lo va a herir… ! ¡Es una locura, el caballo es muy agresivo y arisco todavía! -Comentaban las voces asustadas.

Ante el asombro de todos los presentes el caballo y jinete saltaron la tapia y subieron por la finca pendiente arriba, sorteando matojos y algún pino o higueras a su paso hasta desaparecer de nuestra vista.

Todos hablaban entre ellos con cara de asombro por la proeza que habían visto y los zagalillos solo mirábamos sus caras y escuchábamos sus comentarios halagadores del personaje.

 Pasó un buen rato,  y todos pendientes del único camino por el que podían aparecer. Y, por la colina, surgieron caballo y jinete muy lentamente, con las correas sin forzar. Y el  jinete con una sonrisa de elevada elegancia, hasta llegar al grupo de personas que le esperaban; sorteando las palmeras y plantas de poleo y yerbabuena… Llegó sonriente y, muy lentamente, saco su bota derecha del estribo para aferrarse con una mano a la crin del  animal se bajó de él y lo soltó de su mano para alejarse unos pasos donde tenía preparado una especie de talega con paja y cebada para el caballo y colgándose en su cuello le puso la cabeza dentro del saquito y sin quitarle la silla de su cuerpo.

 

Sinovas Aranda de Duero

Dejadle descansar; no lo toquéis;  ya le quitaré yo la silla. -Les dijo con una franca sonrisa a sus primos, ya que este animal de momento solo me conoce a mí, y se dio la vuelta para caminar a paso lento y subir al cortijo.

Uno de sus primos cuando se perdió de vista el jinete, se acercó al animal e intentó montarlo y cuando toco el estribo con las manos puestas en la silla, pego un brinco lanzando las patas traseras

 con fuerza al viento, ¡casi no le da tiempo a retirarse!… Era un caballo montable solo para su dueño. Mientras los que daban las últimas caladas a sus cigarros apareció el personaje y se puso a quitarle la silla a su caballo. Le mencionó su primo Juan en intento de tratar de montarlo y él solo sonreía y con la brida en su mano subió a la finca del Tunar.

 Mucho se habló de esa pareja de caballo y jinete que hoy vuelve a mis sentidos, ya que seres como ellos me enseñaron a soñar y a vivir a través de nuestro propio esfuerzo ya que nadie les regalaba nada. Eran seres humanos que sabían sus limitaciones y solo la fuerza y sus convicciones les hacía perseverar en todo lo que realizaban.

Artomaña. Álava

 
(“Cuando los sueños se posan en tu mente hay que atreverse a realizarlos aunque te cueste ya que cuanto más esfuerzo haces, son más saludables y la ilusión que ponemos en su construcción se hace un gigantesco y sutil pensamiento donde la verdad prevalece, incluso entre los sueños que adolecen de dueños que te atrapen.”)

Antonio Molina Medina

 23.11.21