Silencio en los caminos, imbuyéndome en Trocha, manteniendo vivo su recuerdo


Con mi alazán y en silencio deambulo por la sierra,

por senderos y vericuetos que me lleva,

por las veredas que no han desaparecido

a pesar del paso del tiempo.

Al trote de mi cabalgadura

percibo un agradable silencio,

sólo interrumpido por los trinos

de pájaros en libertad que

revolotean al paso de mi montura,

que los hace levantar el vuelo

con sus continuos resoplidos

que fluyen por los orificios de su nariz.



Todo sigue igual, 

la sierra, los mismos pájaros,

los mismos trinos, en esa

bendita soledad que me acompaña.

Recuerdos y más recuerdos que mi mente revive

caminando lentamente, cabalgadura y jinete,

como un solo cuerpo, van por la serranía en silencio,

interrumpido por el continuo respirar de mi cabalgadura

que me guía y me hace compañía

en mis horas de aislamiento,

incomunicándome del mundo

que me embarga y me abruma

como el filo de una cuchilla

que se clava en mi corazón,

sin poder evitar la sangre

que fluye de esa herida

manando sangre roja,

como surtidor que sale de mi

propio ser como hálito de vida

que en mi soledad la siento viva.

Antonio Molina