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Chorrosquina. El Cobre. Algeciras. Andalucía. |
Caminábamos
de noche porque nos robaron la luz de los deseos.
Nos
hicieron estatuas, ya que dicen salimos del barro.
Nos
mintieron y inyectaron nuestros cuerpos con
el sabor a miedo.
Nos
enlutaron los sentidos con el negro, negro del veneno.
Pero
la luz de la candela seguía almacenada en nuestro cuerpo,
buscó
una rendija y explosionó cual parto repleto de sabores y
olores.
La
rosa de los cuerpos pobló su mente de esponja y se hizo de lienzo
su
cuerpo, cuya imagen colmada y sexual azuza los sentidos,
(hoy
ya permitido, dejando las tinieblas y los ritos. )
Mientras
las cucarachas mordientes,
se desinflan ante la muerte, dando libertad a nuestro cuerpo;
despejando
las dudas de mal gusto y dejando volar con alegría
el
jolgorio que da libertad a los sentidos y es capaz de doblegar
y
hasta reparar las miserias, que, acumuladas, introdujeron mentes infieles,
sesgando
nuestro cuerpo, deshumanizándolo de sueños
ocupando
cual carceleros los sentidos de su cuerpo.
Y
que nunca, dejes de caminar,
por
caminos y veredas;
entre
apriscos y cosechas,
respirando
los sentimientos
que
tus ojos atrapen,
los
que..., mansamente
se
cobijen en tus adentros
y
se hagan fuertes sin miedo
para
seguir sembrando en
los
surcos del arado
que
planta en tu corazón
semilla
de sentimientos.
Antonio
Molina Medina