LAS BARANDAS

 
La mozuela se recrea.
Y sus ojos la delatan,
por el fuego que trasluce,
que surge desde su alma.
 
Las campanas de la torre
están tocando a arrebato
la morita paso firme,
las barandas a pasado.
 
Por las callejas florecen
las flores en sus macetas
que adornaran las iglesias
con color de primavera.
 
Sonrisa sincera… tierna
de fuego incandescente
sus pestañas te abanican
¡ay abanicos, claveles!
 
Sus besos son transparentes.
Su suave aliento te envuelve.
Su ardor te transporta y crece
desde levanta a poniente.
 
Los sueños son atractivos,
vestidos de seda fina
sin joyas ni querubines
hielo que matan semilla.
 
Sus ojos rebosan amor,
amor del bueno y sincero
ahí, es donde yo me alimento
de mis ansias de su alma y, de mis miedos.
Antonio molina