![]() |
Ellas se van pero sus hechos quedaron marcados entre las pisadas de mi cuerpo. |
Mil
besos él te daría.
Mil
rosas en cabrioladas
Mil
corazones sensibles,
que
por tu vida pasarán y
con
su fuerza loada.
¡Con
qué ciclón caen de su alma!
Su
corazón se estremece,
se
confunde con su agua.
Lágrimas
de serafines se
acumulan
para salir…, y él
las
dejo fluir por los surcos de su cara,
los
que le hacen llorar…
los
que le hacen reír...
De
sufrimiento es la vida,
también
de arbusto y de sombra.
Su
corazón se ajetrea y
se
encontró una fortuna,
fortuna
que no merece
sueños
que desde la cuna
su
madre en cuentos contaba.
Él
la miraba a la cara y
como
una luz azulada
se apoderaba de su alma.
Mientras
su dama sonríe
con
sus dientes de alabastro,
él
sólo la mira y la sigue mirando
perforando
una sonrisa
de
sal y dulce en sus labios.
¡Cómo
la quiere!
¡Con
qué fe la contempla!
¡La
seguirá contemplando!
Quererla,
sólo quererla
es
lo más recomendado.
Aunque
sus ojos le duelan,
aunque
de soledad un hartazgo,
nada
ni nadie en el mundo
será
capaz de destruir
lo
mejor de su legado
para
morir en sus brazos.
18.11.21
Antonio Molina
Medina