HOLA CORAZÓN

La Señora...Cascada del río de la Miel. El Cobre.Algeciras

 

Estoy aquí. Así es. Y seguiré estando hasta que tú decidas otra cosa. Me detengo y pienso y sonrío y mi corazón se agita junto a los recuerdos, y que mi rostro se escurre a los lados, imponiéndose las arrugas de su piel que, hacen sentirme más cerca del final del camino. Pero eso no me preocupa ni me hace daño, ya que sentirte dentro de mi como un diminuto jilguero, de muchos colores, hace que mi mente vuele con él a los confines de sus praderas respirando el mismo aire, la misma brisa mañanera que nos hace tan reales y con tanta fuerza que sería capaz de, trozo a trozo, grano a grano, mover  esa montaña de sueños que mi alma alcanza  solo por sentir sus latidos a su lado y poder:

 

Mirar tus ojos, tu boca

Sentirme pájaro herido.

Para aferrarme a tus alas

Hasta quedarme dormido.

 

Hay momentos que mi calma se desfoga intentando recorrer los caminos y veredas hasta llegar al final del camino, para sentirme seguro sinceramente arropado por la luz de tu desprendes, por el candor de tu alma. Por todo lo que soñamos, que da alas a mi cuerpo y desbarata mis males con la brisa de tus vientos, cual chispa se hacen montañas de fuego, ríos interminables capaces de seducir al ser en sus soledades.

 

Cascada de la garanta del Capitán..Los Barrios.

Limpia tus ojos y bebes de la fuente de la vida, de esa agua bendita que libaba cuando niño, correteando los campos, inducido por los aires de su añeja Andalucía.

 

Hoy por la añeja Castilla, recogiendo con mis ojos el lugar donde tu miras, donde tus ojos posando en los ‘marjales’ de antaño, que siguen cursos de gloria entre amasijos de granos, repletos sacos de trigo y cebada para el ganado…

 

Río de la Miel. El Cobre. Algeciras.



Hoy luce el sol y veo sus ojos más alegres más soñadores más humanos. Mis dedos vibran entre el brillo de las letras donde revolotean sus dedos y él pobre mortal, se aferra solo a sus manos, porque su rostro sonríe despejado de matojos viendo el paisaje añorado.

 

Corazón…, corazón… Deja ya de soñar, que los sueños son de otros y las veletas, las mueve el viento. Ellas se dejan llevar complacidas por la brisa, lo mismo que hasta el corazón se separa de su cuerpo y vuela que te revuela por impulso de los vientos que vibran desde su boca, cada vez que respira, dando luz a sus momentos.

 


El Chorro. Chorrosquina. El Cobre. Algeciras..

Sin… siquiera verte.

Mirarte a los ojos,

sentir tu mirada,

ahogarme entre lágrimas,

para así, colarme

dentro de tu mirada.

Si amar es pecado,

yo seré pecador hasta que

me falte el aire, y mi cuerpo

se esconda entre el cielo y

la tierra, enterrado en su valle.

Antonio Molina Medina

06/07/16