LUNA

Se topo con la luna una madrugada.
Le deslumbro su fuego y atrapo su alma.
Desde la misma orilla del río que le abraza
Cobijó su fría sombra mezclada con su agua.
 
La luna sonreía y él quise abrazarla.
Su abrazo trastorno, lo poco que quedaba
De aquel muchacho que cuidaba las cabras.
Ella le acompaño y regaba sus sueños.
Las palabras brotaban del aroma su cuerpo.
 
La luna se alejaba y él la perseguía.
Y no se resignaba en perder su sombra.
Elevando su cuerpo él volaba y volaba.
Subió tan alto el cuerpo y se desgajó su alma.
01/01/15
 Antonio Molina Medina