¡QUE HAS HECHO MUJER!


Por más que miro y remiro
no dejo de sorprenderme.
La belleza que desprendes
de ese rostro de lucero.
Esa cabeza emboscada con
hileras de fino pelo que
hasta tu frente se acerca,
caracoleando tu cielo.
Y esas cejas… y esos ojos
y esa mirada gacha que
nos quita hasta el sueño.
Y esa naricilla dulce con
dos orificios capaces de
inhalar el aire del sacrificio.
Y esa boca, linda boca
con dos labios que la adornan
Rojos, como es su sangre
con el brillo que lo engalana.
Ese mentón o barbilla que
presionaría suavemente
para que sus labios se abran
y besarlos un instante
aunque me atrape la muerte.
19/12/15
Antonio Molina Medina