María:

Que la felicidad rebose tu morada;
que los vientos soplen y limpien tu entorno;
que la luz se cuele en tus ojos doloridos;
que tu sonrisa nunca se agote y deje que el
sabor de tu saliva inunde los labios que te besen;
que nunca te sientas sola, ni llena de tristeza;
que el amor transite, y florezca en tu corazón.
Con sus tañidos de campana,
Su sonido nos dejará escuchar tus versos.
Palabras que brotan de tus hábiles dedos de pianista.
De un  corazón repleto de sangre que oxigena con
palabras regeneradas.  Que sustenta mi cuerpo
cuyo corazón has refinado para que ame, quiera
y colonice sentimientos por el ardiente alma
de tu pecho que, como lienzo
trasmite sus letras en mi poesía.
Antonio Molina Medina

15/10/16