ELLA

La Chorrera El Cobre

Ella, no necesita alabanzas
ni premios para poder soñar,
amasa lo que escribe con el viento
por la noche con la luna en libertad.
La luna con el creciente de su pelo
siente envidia del perfil de su figura
de la sombra de su cuerpo y
de las torres que sujetan su estructura.
Siente envidia de una vida arrebatada
de una juventud seca y perdida
mujer que ha descubierto las heridas
por las que aun sangra viva.
Resurgió como caballo desbocado
la pasión que manaba de su herida
en la vida de un chaparro viejo
a través de raíces y semillas.
Sus ramas briosas le atraparon
le devolvieron la tierra primitiva
iluminando el camino que recorre
con el candil de un corazón que aún palpita.
Antonio Molina