EL ANCIANO

Victoriano González… Bisabuelo Paterno del autor (Romiya-Granada)
Hoy estás sentado sobre una silla tomando el fresco de la tarde en primavera. ¿Tienes quizás la mente envuelta en los años tiernos de tu infancia? ¿ Piensas en los días y sus quimeras correteando tras las jóvenes doncellas en tu vida silvestre y manceba, repleta de canales de riego, y verdes pastos, y jugosas hortalizas de tu Vega? Y con tu nuevo cuerpo de zagal de pelo en pecho, abrazaste el arado de madera con punta de acero. Y para beber, agua del Genil y sus fuentes, y de los pozos de la Vega.

Y por compañeros, los campos verdes y soleados por los rayos del sol que te arrancaba el sudor en parte de tu existencia. Pocas cosas necesitabas para ser feliz, y la fortuna estaba de tu lado. Los años vuelan de tu piel de anciano pero sigues dando el sustento a los tuyos con acierto, y bien ganado tienes tu pan y tu descanso, y estas orgulloso de tu pasado. Pero los días pasaban y tu mente se amotinó en tu cuerpo. Y los brazos y piernas se negaban a proveer a tu cuerpo de esa fuerza que tuviste. Y toda tu pujanza se quedó sin aire que te abrazase y tus impulsos de zagal incansable te abandonaron. ¡Y te llego la hora de tu retirada!

Tus manos, las miras repletas de callos y tu piel reseca por las horas de cosecha, sombreadas ... denotan tus años de existencia. Solo tu recuerdo con un bastón entre las manos, miras a los niños corretear por la plaza y sonríes. Y llora tu corazón sano y noble añorando los sueños que se fueron… algunos realizados y otros se resistieron… pero quedó tu nobleza y el roble que formaba tu figura, hoy nos deleita hasta que la luz deje de alumbrar tu recuerdo, dejando tu sombra pertrecha de aire y lágrimas por los caminos de tu Vega.

01.07.20
Antonio Molina Medina