CANTO A LA VIDA

 

El Cobre-Algeciras

Desde la colina de ‘majar-alto’ se observa la cuesta, y la vereda de antaño, por donde caminábamos detrás de las bestias, de cabras y vacas y ovejas…, Al fondo del valle una línea de verdes matas y menudos árboles; hoy cubre con sus aguas el río entre piedras. Y alzas la vista, hoy sin legañas que la entorpezcan, la flota de barcos que entran y salen cruzando el estrecho, vadeando dos tierras o dos continentes que las separaba. Los pensamientos se afianzan en mi alma y escucha las voces de seres que fueron los que dirigieron, sin ellos saberlo, vidas desdeñadas.

 

Sendero rio de la Miel-El Cobre-Algeciras

Miras al cielo hoy azul y sereno, y los serafines se descuelgan de él dejando la montaña preñada de deseos. Te aferras a sus alas y vuelas con el viento apreciando los golpes que la sierra recibe. Los chaparros se cruzan y dejan su aroma que emerge de sus verdes tallos y hojas verdosas. Y, ante tanta proeza , mientras los bosques de fuego percuten su pólvora dejando su huella y todas las secuelas volando con ellas.

El adiós es constante y ciego, y a la vez fugaz de su propio tiempo, ya que las horas estaban en su mente con la soledad, sumergida en su desierto.     

Las costas, de nuevo perplejas hoy, se funden en su mirar para perderse por sus playas tras las voces que perduran entre los osados que aún se precipitan en su soledad. Y gira su cuerpo, y su voz aclama rodeado de almas.

 

Parque de los Alcornocales-El Cobre.

 Getares se sonríe y el Rinconcillo se deja querer sobre la mar salada. Rugen las olas de la mar y los barcos varados en sus aguas se perfilan ansiosos de hacerse visibles en su soledad… Aún se percibe la música que se hizo palabras versos y lamentos de los de nuestra estirpe… de aquellos que forjaron nuestra identidad como pueblo.

La vieja campana y la quilla de madera con sus laterales que se protegían con planchas de cobre. Las que amoldaban en la vega Del Cobre. Las que volaban por la ensenada hasta que las hachas, con sus lenguas de  afilado acero, desgajaban su cuerpo y su humanidad. Mientras los leñadores troceaban los árboles, los hacinaban en pequeñas pirámides, hornos que florecían por los descampados, para que los arrieros cargaran sus negros troncos del suave picón.

 

La sierra rugía gritos de angustia. Los pájaros abandonan sus nidos y desde los picos de la sierra cerraban sus oídos ante la magnitud del tiempo transcurrido viendo su destrucción como una pandemia. Y la Naturaleza gritaba angustiada a cada hendidura que al árbol le daban.

 

Parque de los Alcornocales-.El Cobre

De nuevo la vida le angustia y le incomoda. Queman los recuerdos sin quemar su vida, y ya sin plegarias que acaricien su cuerpo y sin los placeres que pueden aportar ni el sol ni la tierra… ni el aire ni la mar... Solo los placeres de un alma en soledad, son edificables en su corazón y su conciencia le exige hoy moderación.

 

Él camina entre montañas, vadeando molinos y rocas de grandeza… Cerros escarpados junto a caños de agua natural que mana como los silfos de las entrañas de la tierra, de la que quizás sean los placeres naturales, un día prohibidos por su corta edad, los que hoy se han postrado a sus ojos, sin él buscarlos ya, que las letras y la cultura son los alfiles de tal hallazgo natural.  

 

Rio de la Miel-Algeciras

Dejaremos atrás de nuestros pasos los caminos viejos, repletos de pisadas antiguas por donde el caminante decide buscar esos nidos antiguos de pasos nuevos, los que ya anunciaron seres arcaicos los que un día no lejano volverían a pisar. Caminos nuevos que se forjaron con caminos antiguos. Grandes o chicos,  y poder disfrutarlos,,, quizás brote hoy la sonrisa desde la libertad conseguida con la complicidad de aquellos que caminaron por esa cañada o ‘canuto hondo’, entre bosques y quebradas que cubren hoy las aguas de un río discreto de aguas antiguas; de seres antiguos, molinos perdidos y  cantos de niños, y nidos de pájaros de ramas de olivo, castaños y robles y añejos chaparros, sin fuego de morteros ni pólvora negra… ya que los corazones se mudaron de los estercoleros, y de los que decidían, qué árbol hay que arrancar.

12.04.20  

Antonio Molina Medina

LAS PALABRAS

 

Rio de la Miel. El Cobre-Algeciras

Aun brota de mi garganta palabras, las palabras y las dejo fluir

para luego arparlas repletas de sustancias y las poso entre líneas

para seguir  husmeando en mis sentidos los que, hoy, son

consentidos y agraciados, ya que su alivio deja que no se 

entumezcan mis dedos, y mis manos se aferran al teclado

como lo hacía de niño al mango del arado  que dejaba surcos

 para que la tierra nueva levantada se acoplara al aire que respiro

 y pudiera poblar los sucos y los campos en barbecho.

 

Sinovas-Pedanía de Aranda de Duero.

Quizás hoy el decoro pueda conmigo pero, yo¡ ni caso! Solo

aprieto suavemente el momento tan sincero de cómo una madre

pudo parir  un ser tan diminuto… y Dios será complacido ante

tanto desatino por donde me toca vivir.

 

Molino eE Águila-Rio de la Miel-El Cobre-Algeciras

Los luceros de la noche serán los que guíen mis pasos, y yo los

miro con mirada de reptil enamorado, cuyo amor es

más humano, y los sueños se engarzan entre mis manos que

llegan a apropiarse hasta de mis sentidos... hoy... libres y no

doloridos.

04.08.20

Antonio Molina Medina

EL ANCIANO

 

Sinovas Pedanía de Aranda de Duero

Hoy estás sentado sobre una silla tomando el fresco de la tarde en primavera. 

¿Tienes quizás la mente envuelta en los años tiernos de tu infancia? 

¿ Piensas en los días y sus quimeras correteando tras las jóvenes doncellas en tu vida silvestre y manceba, repleta de canales de riego, y verdes pastos, y jugosas hortalizas de tu Vega?

 

Y con tu nuevo cuerpo de zagal de pelo en pecho, abrazaste el arado de madera con punta de acero. Y para beber, agua del Genil y sus fuentes, y de los pozos de la Vega. Y por compañeros, los campos verdes y soleados por los rayos del sol que te arrancaba el sudor en parte de tu existencia. 

 

Sinovas-Castilla León

Pocas cosas necesitabas para ser feliz, y la fortuna estaba de tu lado.

Los años vuelan de tu piel de anciano pero sigues dando el sustento a los tuyos con acierto, y bien ganado tienes tu pan y tu descanso, y estas orgulloso de tu pasado.

 

Pero los días pasaban y tu mente se amotinó en tu cuerpo. Y los brazos y piernas se negaban a proveer a tu cuerpo de esa fuerza que tuviste. Y toda tu pujanza se quedó sin aire que te abrazase y tus impulsos de zagal incansable te abandonaron.

¡Y te llego la hora de tu retirada!

Tus manos, las miras repletas de callos y tu piel reseca por las horas de cosecha, sombreadas ... denotan tus años de existencia.

 

Sinovas-Castilla León

Solo tu recuerdo con un bastón entre las manos, miras a los niños corretear por la plaza y sonríes. Y llora tu corazón sano y noble añorando los sueños que se fueron… algunos realizados y otros se resistieron… pero quedó tu nobleza y el roble que formaba tu figura, hoy nos deleita hasta que la luz deje de alumbrar tu recuerdo, dejando tu sombra pertrecha de aire y lágrimas por los caminos de tu Vega.

01.07.20  

Antonio Molina Medina  

 

FUEGO EN SUS SENTIDOS

 


Quiero expresar todo lo que siento, pero la angustia me oprime la garganta.

Quiero plasmarlo entre estos versos, lo que acaece dentro de mí cuerpo.

Quiero llorar y mi alma no me lo permite, pero el corazón late sin control, sonidos que delata mi alma y le llena de profunda melancolía.

Quiero vivir cual pájaro sin nido, con la libertad que fluye de sus ramas. Sentir el aire que fluye por su rostro y por su cuerpo y reencontrarse con sus seres queridos por la sierra envuelto en sus recuerdos.

Pero la angustia le oprime el corazón y le indica que todo eso es un sueño.

Sueños, sueños despiertos y vive entre los sueños, estando vivo y no muerto.

Fecundo la acompañan aquellos que murieron y sus almas pululan por la sierra.

Dándonos la mano compañeros, como si el tiempo se hubiese detenido, retrocediendo para poder conversar con ellos.

Sentir sus vidas, y su aliento. Sus corazones, latiendo como campana 'tañendo'  la que, 'atronase' al aire, cual repicar se introduce en mi alma, dando su calma más placentera y grata, desde la dicha de sentir su existencia en sus miradas

2011

Antonio Molina Medina 

ANDALUCIA Y SUS GENTES

 

Parque de los Alcornocales. El Cobre. Algeciras

Nunca deje de pensar en ti, Nación mía, ya que mi nacimiento fue rodeado por los albañares que cercaban mi cabaña, junto a sus campos, que me dieron la energía necesaria para subsistir lejos de ti, mi Andalucía, ya que nunca consiguieron separar mi recuerdo de esa tierra en la que mi madre me pario, con alegría… Ni de los lugares de donde me sentí parte de su paisaje y de sus gentes, y pude así… compartir sus vidas, sus penas y alegrías.

Nos arrojaron como animales dañinos a otra tierra, y trataron de que olvidáramos de donde procedía nuestra conciencia. A mucha gente le gustaba cambiar el pasado, para no recodar su procedencia. Fuiste el esplendor de una tierra… de una Cultura milenaria y de una raza que compartieron seres nómadas, pertrechos de su propia Cultura, que forjaron entre los campos, cañadas, y ciudades junto a sus campos y las laderas de sus ríos; ciudades amuralladas y torres vigías. Praderas de verdes paisajes donde pacían los animales. Manadas de caballos los que se alimentaban de la hierba y bebían del agua de los ríos, dentro de la libertad que les otorgan.

 

Museo de Valderrubio-Federico García Lorca

De largo esplendor te dotó la Naturaleza a campo abierto. Con tus palacios y obeliscos donde el pasado aún se recordaba, de una cultura Nazarí, la que nos dejó recursos en nuestros monumentos, la de una civilización que sigue en nuestro recuerdo. Bibliotecas plagadas de libros de Cultura humana…  donde la sabiduría de sus individuos era reconocida y amada por el mundo en que les toco soñar, dejando  libros cual riqueza, serpenteada, acumulada en pergaminos hoy, que brillan en cada página de los libros que dejaron.   

 

Las torres y torreones cual hongos se multiplicaban por laderas y por sus playas, brotaban lejos de sus ciudades amuralladas. Y en las noches oscuras se cubrían de hogueras, costas y playas, para el desconcierto de miradas airadas.

Valderrubio- Federico G. Lorca

Colmaron las ciudades repletas de historia, de mezquitas, y de ciudades bien amuralladas. Calzadas Romanas y regueros de agua para los campos en su regadío. Y el agua de sus fuentes, y sus manantiales adornaron el paisaje por donde caminaban, por inmensos jardines; entre el frescor de sus prados, rosas y claveles, centenares de flores bien engalanadas que enamoraban a gentes extrañas.  

Tierra mía, donde la luz era la fuente de nuestra alegría. Cuyos rayos de luz nos atrapaban al trasponer la tarde con pereza, y los  sentías. El verde de sus campos, junto al azahar de su primavera dejaba entre los tallos de los naranjos esa nueva cosecha que, hasta las abejas zumbaban de alegría, mientras se acomodaban de noche y de día.

 Campos poblados de seres humanos cargados de sueños que soportaban el fuego del cielo, para poder cubrir las necesidades de todas sus crías. Graneros ubicados a los pies de sus camas, en el rincón apiñados para los meses de silencio que muchas veces nos unían.

 

Parque de los Alcornocales -Algeciras

Toscos brazos... Manos encallecidas… Ellos poblaron sus huertos, campos y viñas, donde los poblados cultivos que lo surcaban a la vera de las veredas, donde canales de riego eran cortados por la azada para regar sus cosechas.

El azul del cielo les protegía y se bamboleaba la fiel bandera “blanca y verde”, la de nuestra tierra. La que se elevaba por nuestras cabezas, las que, erguidas, sonreían en sus rostros endurecidos en la profundidad de sus almas.

¡Mira niño! - (nos decían) - La libertad es necesaria… -  (Pero nos lo decían, a escondidas)…  - Es la libertad es lo que nos hace seres con conciencia y ser capaces de escribir nuestra historia, no la de los vencedores en las contiendas.  Si no, la verdad que es qué pueblo la necesita; la que nunca el pueblo doblego ante el tirano en todas las contiendas.

Entre los campesinos la libertad era sincera, fiel a sus conciencias ya que la humanidad deja de sufrir cuando se apropia de ella.

 

Patio de la Mezquita de Córdoba. 

"Creced y multiplicaos", dijo un poeta, y reproducidos en esta, vuestra tierra.

Andaluces… ¡esa es nuestra tierra! ¡la de todos los andaluces! Esa Nación dorada por el sol y soñada y querida por sus gentes, donde nuestros muertos aún están por sus cunetas.  

Tierra de sentimientos, de puertas abiertas, de cortinas en sus puertas, y candiles en sus mesas, de cocinas de leña en los huecos de los habitáculos, al lado de sus chozas… donde sus moradores respiraban y se contaban sus penas… donde comentaban, de dónde iban a sacar los alimentos para el día siguiente, mientras los patronos los explotaban con indiferencia. Eran seres con el corazón sin turbiedades, que amaban a su pueblo a través de la familia.

Pero todo terminó y la luz fue cubierta por nubes negras y rayos atormentados y familias rotas en distintos grados.

Los hornos y el pan. El cántico del ruiseñor. La cal de la Calera, donde reposaba la tórtola que se posaba en tus manos, para recorrer las tierras del llano, y las de la montaña …  y las tierras de secano, donde los olivares eran surtidores de oro líquido, cuyos sueños llenaban sus tinajas.

 

Palacio de la Alhambra de Granada

La hora de los tumultos se hace hoy viril y fiel compañera. Ya no existe el hermano; ni tu propia tierra. Desde donde, de las pequeñas chozas, brotaron viviendas repletas de objetos, para distraernos y perder el tiempo en las cosas superfluas.

Y los poderosos  mienten. Y nos niegan la sal de la tierra, y también el grano, para llenar las despensas;  las cómodas casas… Viendo como nos despojan de la Naturaleza nos han dejado sin nuestra propia conciencia.

Desaparecen bosques. Ya no queda agua en nuestra tierra. Los ríos se secan. Las fuentes gotean y los animales, cabizbajos, caminan por ellas.

Mientras, nuestra tierra se ahoga en el silencio. Donde la pobreza se acuesta en sus calles, para morir en ellas.

Pero Andalucía está ahí ¡y muy viva!… Lucida criatura: tu esplendidez y tu figura florecerá por las orillas de la mar, de los ríos caudalosos, entre gente sin miedo y sin ira.

14.04.20

Antonio Molina Medina

ORDUÑA…CAUCES DE SUEÑOS SIGUE SURGIENDO DE SU ÍNTIMA SOMBRA…

 

Ciudad de Orduña Bizkaia

Se me escaparon los sentimientos y te pase todo lo que filtraba mi corazón sediento en tu entorno…. Mensajes con la aprobación del corazón. ¡Y ese sí que es terco! Pero es insaciable para desprenderse de lo amargo, y coger y llenar las nubes de agua limpia. Y, aunque torpe, sagaz siempre me indica lo que no debo hacer, y el agua que si debo dejar que corra por los senderos que abre la fuerza de su razón, de la que se desprende un rocío del que hasta el mismo se asombra.

 

Ciudad de Orduña Bizkaia

Sutil y estrafalario algunas veces. Pero latiendo entre los jugos de lágrimas doradas incoloras, y llenas de pétalos de miel, de las mejores colmenas de mi niñez.

Hoy quizá sea un ocupa en su cuerpo, pero la dejo estar ya que ella (la ciudad) me dio su cobijo en otro tiempo. Un despojo aun útil a sus sentidos que azuzan, sin pausa, mis dominios, los que circulan por mi mente no atrofiada, y llena de sueños atrasados. Donde aún silban las balas del deseo que está postrado a los pies de los caballos y los encincha con el serón de cuatro cantos, donde depositará los cuatro cantaros repletos del agua del manantial de sus recuerdos. Algunos lejanos, y otros traspuestos por las sombras de un pasado que se agiganta, entre pisadas certeras, capeando las cañas y el barro y entre surcos muy verdes de cepas y sus verdes tallos donde en sus calles, brotan verdes hoy sus brazos.

Ciudad de Orduña Bizkaia








La felicidad está ahí… al alcance de nuestra mano.

Como un paisaje.

Pero somos torpes caminantes que solo caminan;

buscando las baldosas para caminar,

dejando que la tierra y sus veredas se recreen 

entre los rayos de luz, en manos 

de aquello pocos que

saborean su humanidad.

Ciudad de Orduña Bizkaia


11.03.20

Antonio Molina Medina

NO HABRÁ EL OLVIDO

 

Sinovas-Pedanía de Aranda de Duero-Castilla y León

NO HABRÁ EL OLVIDOya que los olivos y los viñedos se' hermosean' con el verde de sus tallos y el sabroso bocado, o trago, de ese oro líquido que hasta su garganta degusta…

Sinovas-Aranda de Duero- Castilla y León

Nunca puede haber olvido. Ni siquiera lo consiento, ya que cuando el corazón se apropia de todos los elementos que circulan por la pedanía, hacen posible el milagro de seres desconocidos que se cuelan en el alma, dejando el campo sembrado desde las hortalizas hasta las suaves melodías de los pájaros cantores que siguen hoy mis dedos buscando… El conjunto de palabras llenas de savia campera donde canta la tórtola y 

planea la cigüeña. Los cervatillos se esconden, y los conejos brincan buscando su escondrijo, y las hormigas comienzan a aposentarse para reponer sus nidos, ese costo que necesitan para el invierno. Y algún buitre perezoso va buscando con su olfato alguna carroña para guardar, mientras las cepas verdean por los prados sin olvido.  

Sinovas-Aranda de Duero- Castilla y León

 

El cielo sigue repleto de azulejos que detrás de la distancia forman un manto de cielo… Mientras las campanas de la iglesia remueven los corazones y deja al descubierto… el aire que nos trae sus sonidos capaces de dejar nuestros oídos en silencio ya que nunca podrá sentir ese recoveco que esconde su corazón, donde nunca habrá olvido.

18.06.21

Antonio Molina Medina

QUERIDA AMISTAD

 

Sinovas-pedanía de Aranda de Duero-Castilla y León

Estimada amistad, espero que estés bien. La verdad es que ha sido un verdadero placer y sorpresa que alguien entienda ese grito constante que mana de mis dedos dirigidos por mi corazón desde los afluentes de agua clara de los ríos de mi cuerpo que forman parte y desde hace muchos años, entre las cristalinas aguas de mis fuentes y los ríos de mi niñez, y los de mi  juventud, junto a mis propios sentimientos y añoranzas  de esa educación que la naturaleza me forjó. Entre seres sencillos y cuerdos que nos amaron. Y solo al compartir mis primeros años con seres que eran los motores de nuestro destino, y con mirar y remirar lo que ellos hacían... a veces sin  hablar… ya que sus miradas lo decían todo. Nos dejaron solo ese recuerdo de hechos consumados. Los que hoy, agradezco.

Sinovas-pedanía de Aranda de Duero-Castilla y León

Fui un afortunado, ya que con mirar a mi madre y a mi padre, y siguiendo sus pasos, percibimos y valoramos lo que teníamos que hacer y lo que ellos hacían por nosotros; lucharon lo indecible para darnos al menos, ese alimento que tan escaso nos regalaban. Y, muchas veces, envuelto entre sus lágrimas. Su fuerza era envidiable y su sabiduría sigue hoy intacta en mi mente, de ahí  que  no pueda desprenderme de ese niño y ese zagalillo que brotó de la tierra despuntando lo bueno; donde al Lobo malo… lo mande a hacer puñetas… Aunque el bueno nos traiga muchos sinsabores en esta vida ingrata y repleta de impurezas.

 

Sinovas-pedanía de Aranda de Duero-Castilla y León

Eso sí, quedó grabado en mi mente que la libertad era una realidad  que se acopló entre mis ideas, ya que vivía en la Naturaleza sin amigos humanos… Entre animales caseros y bravíos hicieron de mí algo que, con los años, está muy esparcido por todos los complementos de mi anatomía. Que esos amigos que me salían al paso: esos animalitos, me indicaron que ellos estaban para convivir con nosotros y eran más sabios que algunos o que bastantes seres humanos.

Sinovas-pedanía de Aranda de Duero-Castilla y León

Mi sueño fue ser un terrón de tierra y acoplarme a los campos donde el amor en ella, se vislumbraba en todo lo que sembramos y soñábamos con nuevas cosechas. Y al final del camino andado he ganado más que perdido, ya que la libertad no tiene precio y se apropió de mi cuerpo y mente destruyendo esa voz esperpéntica que incitaba a acumular riquezas y metales preciosos que de nada nos sirven; cuando los poderosos y la clerecía, solo piensan en almacenar fortunas dejando que el corazón se arruine y entumezca en las charcas de barro y maleza, o en posibles estercoleros, mientras el hambre y la soledad y la muerte campean a sus anchas entre nosotros.

Gracias chavala. Un abrazo, por entender a este caminante que aun sin zapatos sigue transitando por los extrarradios de nuestra soledad.

Sinovas-pedanía de Aranda de Duero-Castilla y León


Antonio Molina Medina

05.09.21

MIRABA AL CIELO.

Sinovas-Aranda de Duero-Castilla León

Miras al azulado cielo y entre las nubes brillan las estrellas, mientras el aire surca plácido abriendo surcos en su melena y la tierra se recoge entre los acantilados de sus recuerdos. Quizás la grandeza de un ser humano sea su propia felicidad, la que, oculta, está esperando que se apropie de nosotros y se oculte en demasía, y ya no nos acompañe en nuestra mente, esperando que las sustancias se dirijan, con presteza, evitando el fracaso en nuestro caminar sin rumbo por nuestra existencia; aunque la propia luz, con sus sombras, las necesite el cuerpo  o te arrastre la codicia, que todo lo devora y extermina; donde el orgullo del ser humano destruye lo más íntimo del  ser, desapareciendo esa alegría que aún mantenemos de nuestra niñez.

Sinovas-Aranda de Duero-Castilla León
Este mundo de continuas maravillas que  se expanden ante los ojos en cada instante, sean las que nos arrastren a consumir en momentos acalorados, la virtud que nos transporte al edén sin exclusiones mundanas, donde el ser humano se sienta tan cercano uno de otro que ya no lo circunden las alambradas, y solo sea el aire sin tropiezos ni bocas de cañones, y sin bombas ni fusiles que nos  eliminen a seres que no hablan en nombre de los dioses dominantes y fieros los que golpean nuestras mentes arropándonosla con la maldad entre caballos relucientes  que patean la frustración y el odio que hoy siembran en los parlamentos: aquellos que defienden un único dios entre sus hermanos , ya mutilados por el becerro de oro, que se ha apoderado de corazones de hojalata, ya inservibles y corrompidos por el óxido de sus miserias.
Sinovas-Aranda de Duero-Castilla León


Antonio Molina Medina

02.09.21