Desde el infinito

Desde el infinito, su alma
se mece entre sus brazos y
él, presto, la mima, sintiendo
el latido de su corazón,
que plácido se recrea viendo la obra
que brota de su estructura.
Ensimismado y conciso,
sólo busca los sentimientos perdidos,
hallados, encontrados, herméticamente
unidos a la Luna y…,
las estrellas de su cielo.
Antonio Molina Medina
04/05/2016