MADRE

Por el vientre de su madre
nació. Brotó de los suspiros.  
Ella le enseñó a capear
las fuerzas del tiempo.
Su cuerpo sostiene su alma
que, valiente, se introduce
en lo más profundo de su ser.
Suplicante y vertebrada,
supera todas las pruebas
que lo abrazan por los caminos.
Fuerza y fe… Alegría y tristeza.
Pero el buen junco se cimbrea
reciclándose, para convertir su cuerpo
en hierro acerado…, pleno y persistente;
para seguir a su lado
transformándose en estrella.

Antonio Molina Medina