MOLINO ESCALONA

 

Majaralto. El Cobre-Algeciras

Le decía Sócrates a su querido Simmias: “Simmias, para haceros ver que debemos trabajar toda nuestra vida entera para adquirir virtudes y sabiduría, porque el premio es grande y bello y la esperanza halagadora.”

Majaralto. El Cobre-Algeciras

Era por el atardecer cuando cogía su caballo blanco y a pelo con su bolsa “para” el pan río arriba,  galopaba entre chaparros, por el camino hacia el molino Escalona. Traía seis teleras para toda la semana…  ¡Y para más de 18 personas en la casa! Pan moreno a rebanadas… ¡y contadas! Les llenaban el estómago con la ‘pringue’ de tocino y unas papas que tirábamos sobre las ascuas de la candela.

Molino El Águila. Río de la Miel. El Cobre. Algeciras

Surcaba río arriba galopando en su corcel sin la montura, envuelto en la naturaleza que era el hábitat donde vivía. Las piedras del camino le saludaban, y los cardos borriqueros le pinchan al pasar mientras su menudo cuerpo soñaba… ¡siempre soñaba! entre caballos y mulos y la burra con su cría, y las anillas de los puercos… las gallinas se espantaban y los pavos se alteraban con sus gritos pasajeros. Él se sentía feliz aunque sin llenar su estómago. El mismo que hoy sigue en su cuerpo tras los años transcurridos, y sigue soñando en su río, sus molinos, y su gente que nunca quedará en el olvido.

 

Río de la Miel. El Cobre. Algeciras

EL POETA LE GRITA EL VIENTO

Que brama, que ruge…, retumba su alma;

envuelta en la llama que brota de leños,

envuelve su figura él siente su sangre,

que fluye de lo más adentro

atrapado de vivos sentimientos.

Antonio Molina Medina

31.01.2021

CUERPOS SANOS

 

Río Nervión Bizkaia

Balbuceo de palabras incoherentes.

Signos inacabados, extraños los que

envuelven su cuerpo atrapado por

por la piel suave y sin aliento.

Sus manos acarician su cuerpo mientras

sus labios se posan pesadamente en su

anatomía entre besos y caricias,

la piel que cubre su hermosura.

 

Sus labios se oscurecen sin pausa

mientras su lengua insaciable

perfora las cavidades que recorre

a su paso. Ambiciosa retoza

la cueva que chorrea de sabia,

cuyo aroma penetra en su mente

desbordando su caudal. Saciada,

se agita entre espasmos de felicidad.

 

La vida se hace insoportable y sus

arterias se enfurecen dentro de su cuerpo.

La materia se hace cuerpo y volátil

sus miembros se retuercen, se fortalecen

entre vibraciones que hace posible

el encuentro perforando la cavidad

del cuerpo que ama, cuerpo entre sabanas,

silenciado por los suspiros de su alma.

 

Antonio Molina Medina

06/03/16

BOULEVARD, EL CAFÉ DE “LA CENICIENTA”



Hubo un tiempo en que las mujeres pobres tenían que compartir, por necesidad, con los niños ricos sus pechos repletos de leche, para poder subsistir. Pero no sólo daban alimento, al mismo tiempo le daban como un susurro, las canciones, las nanas y la historia de su país. Criadas y nodrizas, sirvientas humildes y entregadas, les contaban orgullosas cuentos y leyendas, y de esta forma las mujeres que bajaban de los cortijos dejaban con su testimonio la verdadera historia de su tierra.

 

De ahí la importancia de nuestro Café Boulevard. Para mí fue una nodriza, que me dio la leche y el alimento necesario en el momento imprescindible de mi vida, que transcurría por caminos torcidos y sin salida, sin ánimo de seguir transitando por ella. Era la absoluta oscuridad. Con el corazón roto, sin fuerzas para seguir viviendo, solo y abatido, alguien me indicó un camino a seguir.

—Antonio, ¿por qué no te animas y acudes a las tertulias del Café Boulevard?

Presto y decidido crucé el puente mirando de soslayo a nuestra ría, y me introduje con sigilo y asustado en el recinto sentándome a escuchar lo que se cocía entre sus gentes. Para mí fue el impulso que necesitaba, el amigo que buscaba, descubriendo el agua limpia del nacimiento del río, donde bebía de niño de sus aguas claras y sin clorar.

 

Pero en el Café Boulevard, nuestras ilusiones y esperanzas, el milagro nos abandona, la historia es cruel y maligna. La Cultura no es compatible con el poder o con el dinero. Poseíamos la pureza de la Cultura. Miel pura sacada del panal, depositada en el cedazo que escurría en el barreño para pasar a nuestra boca sin depurar, directa del panal con alguna que otra abeja en su interior.

 

Café Boulevard. Miel sin depurar. Tribuna de libertad. ¿Quizás incordio para los políticos? Al pueblo una vez más se le niega una plataforma pura, libre, de expresión. Federico García Lorca o Miguel Hernández murieron por la libertad de expresar lo que sentían. La libertad tiene un precio que muchos no toleran, implacables cual guillotina la cercenan, la destruyen de cuajo para así poder moldear a su gusto al pueblo con la cultura y para que dominen los de siempre con el engaño y la tropelía. No nos engañemos, nada ha cambiado. El mundo es de los de siempre. Banqueros, clérigos, familias poderosas, militares. Hay que destruir todo lo que no se puede controlar.

 

Pobre Café Boulevard: foco de CULTURA, símbolo de un Bilbao más justo de progreso y libertad, encuentro entre razas y culturas, lugar que no han logrado sobornar y donde brillaba con luz propia la palabra LIBERTAD.

 

A tu café lo quieren matar. Se les llena la boca de cultura para el pueblo, pero qué cultura, para unos pocos, para los de siempre. La cultura que nos venden tiene trueque, está contaminada por unos ideales que no son del pueblo, la pluralidad brilla por su ausencia. El hombre máquina es lo que buscan.

 

Pobre Café Boulevard. Mi Cenicienta. El cuento no tiene final. Los poderosos no lo pueden consentir. Siempre te recordaremos junto al Arenal y nuestra Ría y su teatro universal.

Antonio Molina Medina.

Aprendiz de poeta gracias al Café Boulevard y a sus gentes.

 


CARTA A LA POESÍA

Querida” poesía”:

 Has cambiado el sentido de mi vida.

Me encontraba solo y errante,

por los senderos de la vida.

Y yo, ¡pobre de mí!

sin llegar a penetrarte;

ya te conocía y te leía.

 Un día alguien, sin que él llegara a darse

cuenta, que podía cambiar mi vida,

me indicó el camino y así poder llegar a

encontrarme yo contigo, “poesía”.

Y por más señas una sola palabra:

“Boulevard” palabra

para mí desconocida.

No lo dudé y sin más,

mis pasos dirigí

sin vacilación a mi destino.

 Mi alma triste y sola

necesita compañía,

la angustia que me embarga,

nadie la sentía.

Solo mi corazón viejo y triste,

esa angustia me roía y

se adentró dentro de mí, que

me ahogaba día a día.

Con mucho miedo,

pero con decisión,

firmeza, y ganas de tratar

de enderezar mi vida,

te encontré por fin, amada mía;

mi más querida y dulce “poesía”.

 

Has llegado a cambiar,

poco a poco a este

humilde mortal,

que mucho te leía e intuía.

Pero necesitaba comprenderte

y amarte, “poesía”.

Hoy me siento feliz

de estar con estas gentes.

Aquí en el Café “Boulevard”,

y compartir con ellos la alegría;

ese sabor que da, el poder

por fin, llegar a comprender,

que mi corazón,

también existe el amor,

la amistad y la alegría.

Que es también de los demás

y no solo mío.

 Oh, hermosa “poesía”,

Que me abres las heridas.

Que me incitas y me abrigas.

Que me mantienes despierto.

Por la noche y por el día.

Gracias te doy una vez más,

querida “poesía”

Antonio Molina Medina

Aprendiz de poeta gracias al Café Boulevard y a sus gentes.

 Cada café tuvo su historia… ¡y han sido miles!

Mújica, Jon, Periodista y cronista social de la villa.

 Textos publicado en la despedida del:

BOULEVARD…”VIDAS DE UN CAFÉ”.

En Bilbao. Año 2009


LA CEPA-SINOVAS

 

Sinovas. Aranda de Duero.

Escarbas entre la tierra que cubre las cepas y buscas sus raíces, que sonríen gozosas de que estés hurgando en ellas. Y siente tus dedos y silban sus tallos cuando los acaricias. Relucen sus racimos de dorados granos los que se jactan de sueños… Y se hacen caldo... Y se hacen de fuego al entrar en tu boca. Y se mecen entre tus manos catapultando su jugo entre dedos que vibran con ansia su suave fruto que se descuelga por la tronera de tus sentidos paladeando su contenido, depositando sus jugos en los placeres de tu cuerpo.

Sinovas. Aranda de Duro

El astro sol se duerme entre sus ojos y sus fértiles rayos penetran, sin pausa, por los dormidos granos que los miran con ansia, y soportan el calor que se cuela y penetra en su piel, envolviendo sus racimos en lo dulce de su miel.

 

Sinovas. Aranda de Duero.

Suenan las palabras, y se perciben sus pasos que apacigua el rugido del tractor. Mientras, los labriegos cosechan los frutos de la abundante cosecha que sale de sus troncos y que, dedos y manos, y ojos deslizan su mirada al reguero de ramilletes que inundan sus ramas. Se sumerge la tarde y los dedos y manos se afianzan al dulzor de la vendimia, y por las palmas de sus manos dejan escurrir el dulzor del líquido. Entre cristales nuevos se curte la tarde y el aire los limpia y mece sus sueños, que son gigantes que perforan cuerpos, dejando su huella entre campesinos que viven y sueñan al amparo de la campana la que les marca las horas para volver a la plaza y entre trago y trago del vino de sus cosechas y comentar la faena realizada.

Antonio Molina Medina

19.02.19

 


LA CASA Y MARÍA

 

Señor. Bombín. Señora. María Mata y el autor. Valderrubio Granada 

María… Federico estuvo contigo el muy puñetero...

yo lo vi cómo se deslizaba por la sala y en cuerpo

entero, sigiloso nos miraba y yo observe su cara

era la que me protege incluso desde mi almohada,

junto a su risa y tu brisa, para sofocar el calor que

mi cuerpo deposita entre sabanas de plata y dijo...

me dijo:

¡Que calor brotó en su noche!

¡Que dolor sintió mi alma!

Mi corazón zozobraba

ante todo el poderío

que su sombra nos regaba.

¡Cómo se mecían los mimbres!

¡Que cerquita estaba el agua!

Y yo solo, y voluptuoso

Con ansia, solo lo miraba… los minaba.

Federico le da vida.

¡Nos abrazaba su cuerpo en la sala!

Suspiros… solo suspiros,

brotaban desde su casa.

 

Era Frasquita-Bernarda la

que, corría por la estancia.

Sus hijas la acompañaban.

Con el calor de la noche

noche nochera del alma.

Mientras el Romano le habla.

Sueños de agua y fuego

se convierten entre lágrimas,

que desbordaban sus ansias.

17.01.21

Antonio Molina Medina

 

FEDERICO ESTÁ PRESENTE

 

Parque de los Alcornocales. El Cobre. Algeciras 

Crujen las hojas a su paso. Sus pies percuten cual timbales lejanos. Se aposenta entre chopos, entre álamos tiernos. Rayos certeros se filtran incautos y luminosos, mientras él sonríe a su luz que ciega su cuerpo que, mordiente, deja tras sus pasos, lo ingrato y lascivo de su existir.

Ciudad de Orduña. Bizkaia

Sortea los nuevos vástagos que, aposentados en la pradera, retoñando, buscan la altura en el lugar de sus hermanos caídos por el hacha del leñador.

 

Huerta de San Vicente. Granada

Entre sueños, adormecido su cuerpo, vuelan sus quimeras, mientras bisbisean en su interior, muy lentamente, una Cantata de Bach. Su pentagrama sus notas se inmiscuyen en sus sueños envuelto en Violines, Viola y su inmortal Órgano. En su suave resonar, el aire mece las notas mientras las hojas marchitas de los añejos álamos, adornan las orillas de su viejo río aun repleto de seres. Plumas con tinta de sangre, escriben el verde de sus aguas, que arrastran sus obras, lo sublime de su arte. Las notas enaltecen, sonidos y notas que, acústicos rebrotan entre las aguas que mecen mis oídos. Fortalece sentimientos entre almas que sucumben, sin pasiones, a lugares ya recorridos.

 

Sinovas. Aranda de Duero

Una sublime alfombra deja sus pies entre hojas que crujen y elevan su cuerpo. Vuela su alma y desde la tierra percuten sin  fondo los sueños. La luna cubre su sombra, sonriéndole sin miedos él, en cielo, busca la estela aun visible se deja sentir atravesando desde su tiempo. Invocando su huella, la de su maestro, la que perdura y perdurará por las choperas y campos. ¡Sus campos! plagados de adormideras, plenos sus olores. Pétalos que se cimbrean al compás del aire que nutre sus cuerpos, mientras él los observa desde el ventanal de su choza. Nos atrapa su espíritu… Dañaron su cuerpo. Nacieron sus versos. Su teatro y los duendes soñados a la realidad que mana de ellos. Las hojas se vierten y en su caída, forman círculos que, misteriosos dejan posar en su alud la calma, la que necesita, la que necesitamos los humanos.

10/05/16

Antonio Molina Medina

EL ROJO DE LA ARENA…

Orduña-Bizkaia-Euskadi

 

¡Que es poesía, tú me dices!

Apaciguo mi cuerpo en la arena de la playa

mirando a la mar, sereno y en calma.

Una lancha a, lo lejos, ruje su motor

interrumpiendo los sonidos de las olas

que, a mis pies, rompen su cadencia.

Cierro los ojos y aun puedo discernir,

las blancas nubes que cubren el amanecer.

 

Algeciras-Cádiz-

Con un libro entre las manos,

pasando hojas ya leídas,

que sujetan mis dedos con fuerza por la

insistencia del viento, que nos domina.

El agua del viejo poniente, limpio y

solitario, resplandece en la arenisca,

que cubren mis pies.

Las gaviotas revolotean, picoteando la arena.

Sentado, mirando a la mar, mi alma se queja,

mientras la delicada arena cobija mi cuerpo.

 

                                                Sendero río de la Miel. El Cobre. Algeciras

El viejo gusano sacude mi cerebro…

y sigo caminando por este desierto.

¡Que es poesía!

Dice mi corazón, en voz baja,

observando el azul del cielo

que interrumpen las gaviotas

en su revoloteo.

Sinovas Aranda de Duero.


03/12/15

Antonio Molina Medina

TIERRA NUESTRA

 

Sinovas Pedanía de Aranda de Duero.

¡Tierra! Que me naciste, entre dolores de parto y pesebre de pobreza, ya que desnudo me vine de un mundo del que me expulsaron para convertirme en materia, que no quiero dejar sin saborear sus elementos. 

Arropado por el agua nació mi cuerpo y mi alma y lo depositó en la fina arena de la playa la que, aun humedecida por mi cuerpo, me ofreció un mundo repleto de miserias, hoy, inmerso en su mar embravecido, que poco a poco nos engulle sin convulsiones ni quejas y nos acerca a las tumbas de nuestra desdicha, ya escasos de pertenencias.

 

Pero aun ruge su alma y su mar se queja, entre tormentas que rodean su mente. Y se hace certera y pudiente y brava, entre las olas vivientes.

 

Orduña Bizkaia

Camino entre puentes y veredas de barro y grajos, muy cercano a su fuente, entre el prójimo que se enamora del bien, sin lujuria, dentro de la cabaña del amor y no la ira. Ya que el poeta se duele y reduce su transitar por laderas escarchadas y despeñados montículos, donde se abraza al amor y no sucumbe a la maldad, aunque su mente se revele contra los practicantes de las injusticias.

 

Hoy nos hablan de virtudes y nos advierten de los vicios y la intransigencia.

Pero el mal se ofusca en mi alma, ya que, él mismo la impulsa a la indiferencia: La putrefacción del alma se alcanza cuando no hay lucha.  

 

Sinovas. Aranda de Duero.

Las mazmorras del equilibrio se posaron en una doctrina pobre y sin valía. Y desde la ineptitud de sus pastores, anularon su rebaño y se quedaron sin dueño.

Salió algo solido de su caminar sin guía, con las ideas del presente sin pensar en el futuro, que nunca llega. Y retrocedemos al punto de partida, donde comenzó una vida. La naturaleza llora hoy en ese momento de su historia, y la deja medio saboreada al alcanzar, desde el infinito, una vida de trampa. Todos los movimientos de su mente, que le sigue sin pensar su propio destino en el que insaciable, camina y camino.

 

El Cobre Algeciras

A veces se asombra de un comportamiento, quizás indeseado, que impotente sacudió su mente y la despobló de sueños para poblarla de seísmos. Aunque lo asombroso es el ser humano provisto de su manta de fe… esta fue la que destruyó su incierto pasado.

 

Entre palabras atolondradas y míseras y sin valor, pasó la estancia en su cavidad hasta que descubrió un sendero nuevo, una charca limpia de puro manantial, de espinas severas, de ortigas y barro seco y placido al borde de los ríos; entre hondonadas mantuvo su cuerpo con la única visión de ese nuevo horizonte que alguien le brindó.

 

Río de la Miel El Cobre Algeciras

Entre palabras bien enjaezadas, pero simples, que se aferraron a sus dedos desde el manantial de sus neuronas, fueron el foco de sabuesos del mal, a pesar de que, los que tanto nos mintieron… le despejaron el camino en su intimidad primera. Y con la orina curaba las heridas que las púas de las zarzas, majoletos y arbolado putrefacto le hacían al caminar.

 

En su soledad abarcó con sus ojos la bondad de la gente que, a su paso dejaba, para hacer posible dar salida a sus pedanterías y lograr salir de ese mundo donde todo le sobra, menos el amor y la alegría. Aunque en sus noches negras de incomprensión, truene más fuerte su añejo corazón, ya que la materia y la naturaleza, y los seres que aman y sufren y que deja por los senderos de su vida, se duelen de sus pisadas y gritan sus gargantas.

 

Ciudad de Orduña. Bizkia

Aunque la materia insana y sádica nos cerque, la edad la supera. Pero siempre está presente en los que la defienden, ya que nos puede atrapar e engullir como las ascuas a la lumbre. Y te acercas a la ciencia y la divisas, ya que es la que rompe la mentira y deja brillar la verdad, por su exactitud y por no tener censura. Y caminas por entre pequeño arbolado repleto de racimos de uvas que reposan atrapadas entre sus tallos, escondidas entre sus hojas hasta que maduran. Y aparece la química y fermenta los caldos en limpias barricas. Son los descendientes de aquellos que nos dejaron, pero nunca se perdieron sus recuerdos. Ellos eran hombres de honor y mujeres con arrojo y mucho valor… donde solo la maestría de manos expertas sacaba sonrisas de sus frutos: líquidos divinos que aunaban logrando colores y sabores y aromas inconfundibles; con sus manos repletas de años dejaban al descubierto lo mejor de sus cosechas, porque bullían de sus vidas. Mientras, los enólogos, que probáis los primeros caldos que salpican vuestro rostro y dejan una sonrisa en vuestras caras, cuando se deslizan su liquido por sus gargantas. Eran los primeros honores por probar el fruto prohibido, ya que calienta la lengua y despierta la mente; y acaricia los ojos y llega a calmar la fatiga del trabajo.

 

Romiya. Chauchina de Granada

Pero cuando la nada invadía la tierra y las palabras aun no brotaban de las gargantas, la libertad existía. La libertad que hoy se va ocultando. Y los tambores de guerra son golpeados con varas por ser aún muy verdes, pidiendo rebeliones: conjuros antiguos que estaban ocultos en corazones sin rostro y sin conciencia, azuzados por las fuerzas del mal ante un pueblo inculto y voraz y sin sueños… ¡pero con ansias de avaricia incontrolada!

30.12.19

Antonio Molina Medina

ELLA FUE UNA NIÑA

 

Huerta de San Vicente. Granada. España

Intuyendo su presencia desde las costas de África
pasaste envuelta en pañales, de seda finos sin mancha
entre querubines y hadas. Las nubes se desnudaban
para contemplar la gesta de una niña en su almohada
Crujieron los cielos tormentosamente sápido.
Ella se desliza entre pañales y alondras, 
de su boca brotan alaridos, cual loba brama su cría.
Su sonar es vida llena de sueños, entre niña que hechiza
mujer, madre, hembra, cual lobezna brama. 
Rugen sus entrañas.
Su sonar es vida, llena de puentes, de niña cubierta...
protectora de hombres, fuerza en sus entrañas
serena, paciente... tormenta encauzada, 

por el mar y las viñas y tierra labrada.

Antonio Molina Medina

03.01.21