LA CASA Y MARÍA

 

Señor. Bombín. Señora. María Mata y el autor. Valderrubio Granada 

María… Federico estuvo contigo el muy puñetero...

yo lo vi cómo se deslizaba por la sala y en cuerpo

entero, sigiloso nos miraba y yo observe su cara

era la que me protege incluso desde mi almohada,

junto a su risa y tu brisa, para sofocar el calor que

mi cuerpo deposita entre sabanas de plata y dijo...

me dijo:

¡Que calor brotó en su noche!

¡Que dolor sintió mi alma!

Mi corazón zozobraba

ante todo el poderío

que su sombra nos regaba.

¡Cómo se mecían los mimbres!

¡Que cerquita estaba el agua!

Y yo solo, y voluptuoso

Con ansia, solo lo miraba… los minaba.

Federico le da vida.

¡Nos abrazaba su cuerpo en la sala!

Suspiros… solo suspiros,

brotaban desde su casa.

 

Era Frasquita-Bernarda la

que, corría por la estancia.

Sus hijas la acompañaban.

Con el calor de la noche

noche nochera del alma.

Mientras el Romano le habla.

Sueños de agua y fuego

se convierten entre lágrimas,

que desbordaban sus ansias.

17.01.21

Antonio Molina Medina

 

2 comentarios:

  1. Antonio, me has recordado con esta entrada muchas vivencias. Lo primero recordar al Sr. Bombín que tuve la suerte de conocerle en el Café Boulevard los últimos años y ya me contaba entre otros avatares que conoció a Margarita Xirgú en Buenos Aires y a otros personajes
    importantes de teatro de aquellos años.
    Para terminar, el romance que es precioso, donde salen a la escena personajes de la casa de Bernarda Alda.
    Hace unos años falleció Bombin y tuve la ocasión de conocer a su hija con la que estuve hablando un buen rato en el Arenal.

    Un abrazo Antonio

    ResponderEliminar
  2. Bombín... Son los grandes olvidados de todas las contiendas donde so0n entregados al olvido por una sociedad que ya olvido quienes fueron los que destruyeron nuestra tierra. Exilio. Hambruna, miseria... Fue un ser muy delicado culto y con historia... Ahora ya ves. Cualquiera se mete en los parlamentos sin estudios ni vivencias a darnos consejos que nos dejan plagados de miserias.
    Un abrazo y gracias por tu entrada.

    ResponderEliminar