ALMA, ESA DESPENSA DE SUEÑOS

Cuántos sueños almacena el alma,
cuántos sueños acaudala por dentro.
Los caminos se vierten, son de rosas,
miedos inciertos, vino de lino. Incienso.

La vida se destraba cuales, un suspiro,
que no entiende de amores moribundos,
de anhelos, discernidos en su contenido.
Si se enturbia la mente, no hay destino.

Una mano atenaza su cuerpo, relaja su alma
se apodera de las ansias, del vivir anacrónico;
y a su lado camina resurgiendo, sin miedos
entre los que el camino de barro quedaba
inservible, con sonrisas de fruto prohibido.

Transita el camino sereno, complacida hasta
el fondo su alma, las llagas de su cuerpo de
miedo recuperan la carne ancestral.
Todo pasa. Todo se hace nuevo y mortal.

Se transforma la vida, le aguijonea de nuevo
el viejo inservible, es hoy mas sereno, sólo
quema madera de caduco chaparro, por calentar
otras chimeneas, en la vieja candela perdurará

su barro calizo, teja, adobe, ladrillo, para
nuevas caricias con manos, dedos ágiles
de jóvenes chopos, ¡llegad! Que al viejo
chaparro, no le quedan ramas que cortar.

Todo pasa. Todo llega. SE consume la vida.
¿Importa la tristeza? ¿Dónde queda el hombre?
¿Dónde la esperanza? Los sueños se rompen.
Estaban escritos según la escritura de gnomos y hadas.

Incluso su duende es ya de otro mundo.
Reposa intranquilo sueño de los justos.
Perdura el amor, nunca la apatía.
El amor es ciego, él ya lo sabía
 
se empapó de el mientras aún dormía.
Hoy entre los sueños la verdad, alumbra
repleta de partos, duele, ¡cómo quema!
Duele lo soñado, duele su costado.

¡Tanto amor vivido! ¡Tanto amor soñado!
Lágrimas de vino, cercano a la hoguera,
calientan su rostro sonrisa sincera.
Resiste corazón, atrapado en fuego.

Le duele, le quema, le abrasa... se abrasa.
Él es consecuente con lo que ha vivido.
El amor es puro líquido imperioso
manantial pulido del que cae, amor.

Querer de fuego, sinceros, bruñidos
El olvido nunca. Su querer es vida.
No a recuerdos negros, corazón de fuego
alma entre dos aguas de amor y dolor. 
molina