Y RETORNARON LAS GOLONDRINAS A SU NIDO

 

Parque de los Alcornocales- El Cobre- Algeciras- Andalucía

(…) “Sin embargo, para abrirnos a la armonía del mundo es esencial conectar con los ritmos de la naturaleza; percibir los cambios y los ciclos, en el macrocosmos y en el microcosmos de nuestro interior; sentir cómo se manifiestan el transcurrir de los días y noches y estaciones.” Mezclándose en la inmensa naturales la que tira de su mente y la hace más liviana… más sosiega.  

 

El Cobre- Chorrosquina- Majaralto- Andalucía

 

Y RETORNARON LAS GOLONDRINAS A SU NIDO

Y se encariña, alardeando demasiado ante los acontecimientos que él buscaba, trasladando su cuerpo a la ladera de la montaña, ya que volvieron sus seis años a su lado, caminando cuesta arriba y cuesta abajo mientras él le sonreía con sus ojos negros en la cara, ya curtida por los floreados campos en sus sueños.

 

El Cobre- Año 1.935- Algeciras

Él me sonreía. Caminaba a su lado y le sonreía, y yo llevaba a cuestas montones de capas de corcho, ya que cada cuatro años mudaba su piel entre la fauna de sus años y siempre apreciaba un nuevo amanecer, y su semblante se agilizaba con una nueva sonrisa.

 

Sentados en una mesa con vistas a la Bahía, contaba sus historias un anciano a sus crías y soñaba que volvía su niñez… Mientras, el niño le miraba y miraba las fotos que había en el libro que portaba entre sus manos, dejando su mirada en las olas de la playa.

 

El Cobre- Chorrosquina- Majaralto- Andalucía


- Este de la foto ¿es usted? - ¡Le decía el muchacho! Mientras sonreía.

- ¡Sí! Este soy yo…- Le contestaba el anciano mirando sus ojos, que sonreían.

 

El niño miraba y le miraba con ojos inquietos.

 

Ya en plena sierra, a la sombra del Majal-Alto, caminábamos juntos: el anciano y el zagalillo que, inquieto, cogía las piedras y las lanzaba al vacío de los prados que nos vigilaban mientras traspasamos paredes de guijarros sin cemento, algunos de los que seguían vivos a pesar de los años, donde el anciano sobrevivió con los suyos entre animales manifiestos que los cautivaron, que asistían al fortín de piedra  que se mantenía visible a pesar de los años acontecidos, para su herraje al fondo de la finca.

 

El Cobre- Chorrosquina- Majaralto- Andalucía

El anciano seguía caminando posando sus ojos, ya repuestos de su catarata, floreciendo desde sus primeros años, e indagando en los cimientos de sus soledades, entre el barbecho.

 

Su perro León ladraba su llanto, mientras él se iba arrastrado por la noria del tiempo… y de la ira renunciando. Su sombra le embarga y se hace visible entre la maleza. Y se acercó a nosotros para que lo acariciemos en su larga ausencia mientras nos ladraba con signos de alegría que el niño no veía.

Trasponen los rayos solares por la cresta de la montaña mientras me acerco a las piedras que el tiempo no pudo demoler, y me siento seguro de nuevo, ya que ni el agua tendrá que acarrear, la que la Naturaleza nos ofreció, de su vientre, un suspiro de agua que lame sus sentidos como fiel guardián.

 

Chorrosquina- El Cobre- Algeciras

Niño y anciano pisan los garbanzos que un día no lejano eran el sustento de mentes sanas y de los animales caseros… Nos sonríe la noche, y el niño reposa en su asiento, entre caballos de acero y corazones, muy anónimos, que el anciano se trajo para su descanso desde ese mundo ingrato de las ciudades que incuban, sin proyecto alguno, a los seres que se funden con las aguas de los ríos. Lánguida su ría… viajan sus aguas camino del mar… la mar… La abundancia.

23.10.23 

Antonio Molina Medina