DESDE LA SIERRA.

 

Bilbao-Bizkaia-País Basco

Así nos decía Federico.

Pero el poeta que quiere librarse del campo imaginativo, no vivir exclusivamente de la imagen que producen los objetos reales, deja de soñar y deja de querer. Ya no quiere, ama. Pasa de la “imaginación”, que es un hecho del alma, a la “inspiración”, que es un estado del alma. Pasa del análisis a la fe.

Majaralto Alto- Chorrosquina- El Cobre- Andalucía


DESDE LA SIERRA.

Y me llamaron para poder observar y abrazar la noche y el final de la claridad desde la falda de la sierra. Y ya al final de mi verano (porque puede ser el último que mis ojos divisan en esa mi tierra ya sin llanto ni orgullo) y caminaba a su lado… Quedando mudo de placer ante el aire azorado que mugía entre los chaparros y chopos sin saber por qué lo hacía…

Majaralto alto- Casa rural-El Cobre  Chorrosquina

Quizás la voz joven y atezada del poeta, con la suavidad de sus palabras 
los alumbra y nos enmudece. Hedionda mente con su aliento transitando entre las horas bajas de la existencia del día; mientras su mente, ya ligera de equipaje, rugía dejando tras él el final del precipicio por donde deambulaba, sin que las transpiraciones de su mente sin sombra que lo alumbrarse.

 

Majaralto Alto- Chorrosquina- El Cobre.

Una mano amiga le elevó por su camino, por donde transitaba la luna y las altivas estrellas y luceros que nos escoltan en dirección a la sierra para divisar el silencio de la ciudad, desde lo hondo de su corazón.

Soltó sus penas y se apropió de la sombra de su luna, que le relleno de fuerza y alegría transportando su ser al lugar de su partida la que abandonó en su día.

 

MajaraltoAlto El Cobre-Chorrosquina-

Pero la angustia pesa y duele en su corazón la tragedia de su obligada e inevitable partida. La desventura le sigue emponzoñado entre las avispas que picotean sus palabras mientras las abejas conjugan frases de alegría, escritas y bien avenidas, para ofrecerle al mundo las especies de viandantes que aún caminan por las veredas antiguas, entre robledales, encinas y chaparros ya sin corcho, silenciados y tristes por los movimientos de sus cigüeñales; aposentos de las aves. El trinar de pájaros, a la sazón sensores de lágrimas presurosas aún se desprenden de semblantes ya oculares que cristalizan los momentos impracticables para seres sin pensamiento que exciten su aleteo; despejada ya su conciencia se alejaba cual caballero sin armadura para partir ya sin retroceso al lugar de sus ilusiones; ya que los recuerdos que sabroseaba su alma han dejado sin mirada y sin enfoque humano las palabras viendo renacer de nuevos las cadenas de la esclavitud.

04.09.24  

Antonio Molina Medina