LA HORMIGA

 

Sinovas Pedanía de Aranda de Duero

Hoce un día esplendido.

El sol con sus chorritos de luz

nos azotan.

Las espadas protegen su cuerpo.

 

Entre la paja y el grano

levanta la vista, admira el paisaje.

Reposa su cuerpo entre yerba luisa

 

Y su voz le hablaba.

Ella silenciosa

cargaba su carga de trigo y cebada.

Su cuerpo fornido cimbrea

sus espaldas buscando cobijo

en la añeja cueva, donde se descarga.

 

Sinovas Pedanía de Aranda de Duero

Rebrota el invierno que a ella le acompaña.

Pero no se asusta: ni llora ni canta.

Camina impasible entre la maleza.

Le saluda al paso mi noble hormiguita.

Se mete en su nido, el granero ya en casa.

Antonio Molina Medina

08.08.21