CUAL GOLONDRINA, VOLVIÓ A SU NIDO

 

Majaralto Chorrosquina- El Cobre-Andalucía

“Y dicho esto, paso a deciros otra cosa. El árbol de la cultura, más, o menos frondoso, en cuyas ramas más altas acaso un día os encaraméis, no tiene más savia que nuestra propia sangre, y sus raíces no habéis de hallarlas sino por azar en las aulas de nuestras escuelas, academias, universidades, etc.”

Antonio Machado

 

Majaralto- Chorrosquina - El Cobre - Andalucía

CUAL GOLONDRINA, VOLVIÓ A SU NIDO

Mientras las palomas revoloteaban por el Majal saludándose al cruce con las golondrinas y algún gorrión solitario, en dirección a los jóvenes chaparros que rodeaban el majal… cual palacio silvestre y libre, en la inmensidad del terreno de las faldas de la sierra. Crujían sus pisadas envueltas entre las hojas caídas y la yerba seca, y matojos defenestrados e inservibles por el caluroso solazo a pesar del frescor y el bien acondicionado lugar.

 

Majaralto- Chorrosquina- El Cobre- Andalucía

Entre sus ojos, brota de nuevo ese alumbrar, silencioso en su memoria, de recuerdos afrodisíacos que alteran su existencia 
cuya presencia le hacen revivir al final del camino andado, o al final de su dicha, y le surten de nuevo los tañidos lejanos de la pedanía y de la ciudad de sus sueños.

 

Chorrosquina - Majaralto- El Cobre

Entre aforismos, él olfateaba el aire limpio y sin teñir, del trajeado manto de la tarde donde nuevos sueños a 
la intemperie de su vida cotidiana le predisponen a la relajante puesta de sol, cuyos rayos tintinean apacibles dejando a su sombra desdibujada, lindando a desaparecer. Mientras, lentamente caminaba con pasos endebles, orgulloso por los parajes que en su día pisoteo con pies recién labrados, descalzo y bien ejecutados, cuando su cuerpo de cacharro aún vacilaba cual muñeco al tambalearse, buscando ese punto de sostén que otra vez necesita para surtir su cuerpo de soporte y de las nuevas energías que le daban sus padres, desvelados y ansiosos en su suelto caminar.

 

Majaralto- Chorrosquina- El Cobre

Hoy se han abierto las compuertas de los sentidos en su cuerpo en alaridos, como lo hacía su perro que le custodiaba por los lugares no agresivos, desde sus primeros pasos por el Majal…Sonríe desde el suelo mirando a la vida desde la altura de ese niño que no quiere olvidar su imagen, formada 
por la silueta que veía en las escenas desde el suelo, para ser capaz de oír tus pensamientos profundamente coherentes para asumir, cuál pequeño retoño y volver a sentirse dichoso en su huerto, entre matas de garbanzos, papas y otros productos como el trigo…entre los seres que convivieron junto a la sombra indeleble de su figura que, alumbrada por el sol, que irrumpía en su interior, alumbrando toda su existencia.

Majaralto- Chorrosquina- El Cobre


11.03.24

Antonio Molina Medina