Se me apareció en Getares

 

Gaucin-Serranía de Málaga-Andalucía

No se ofenda el poeta porque le llamen subversivo. La vida sobrepasa las estructuras y hay nuevos códigos para el alma. De todas partes salta la semilla, todas las ideas son exóticas, esperamos cada día cambios inmensos, vivimos con entusiasmo la mutación del orden humano: la primavera es insurreccional. Los poetas odiamos el odio y hacemos la guerra a la guerra.

Pablo Neruda.

Playa de Getares- Algeciras-Andalucía


Se me apareció en Getares

 En una mañana soleada y entre sombras

se vislumbra la roca del peñón en el Estrecho,

como un puñal perforando nuestra tierra

que desgarra y hiere, muy cerca de

la playa que me cobija.

Mientras, mi estomago me apremia a

degustar un desayuno apetecido

en una heladería de Getares, donde Rocío, mujer

joven y bella, morena de ojos briosos y sonrisa

presta a surcar la comisura de sus labios

como la aurora de la espléndida alborada,

preparará para nosotros después. Antes, Estela,

joven eficiente, linda y rubia cual gacela,

nos contempla, bolígrafo y libreta en mano,

atenta y presta a tomar nota

de nuestras pretensiones matutinas.

 

Ellas se encargan de servirnos, atendernos,

mimarnos y lograr hacernos olvidar por un instante

todo lo que acaece a nuestro alrededor.

Para solazarnos y saciar nuestra hambre

con el café o el ‘bollete’ con aceite y tomate triturado

que unas vírgenes esbeltas han rociado nuestra mesa

con los frutos y claveles vespertinos que

brotan de sus labios y siempre

con la mirada sonriente de Pepe cuya mente

esta siempre presente en las tostadas, en el

buen café que de sus manos nos ofrece.

             

Gaucin- Serranía de Málaga Andalucía

            I

 Entre nuestros baños necesarios y placenteros

para quitar las tensiones acumuladas,

las de un año de vida rutinaria,

acudimos a degustar un refrigerio,

pues el calor aprieta y nos aplana.

Dos ninfas nos atienden y nos agradan

junto a un zagal, el dueño del negocio, que

con su franca sonrisa, saber hacer y mucha gracia

nos introduce y nos atrapa

en su mágico mundo de ensueño, lleno de vida.

 

Es tarifeña su procedencia

gente sana y agradable la que contemplo,

pensando en mi similitud como un rayo prodigioso,

pues algo de sangre tarifeña me bulle dentro…

Es un torbellino, un acicate, un sarraceno

de los que abundan en nuestra tierra.

Es grata su presencia, sus chistes y disparates

nos alegran la existencia; su generosidad

no tiene puertas.

 

Gaucin- Serrania de Málaga- Andalucía

                        II

 Mientras, Amina, Meriem o Samanta

nos atienden en las tardes calurosas

con la prontitud y eficacia manifiesta.

En esta heladería de Getares los refrescos

que saborea nuestra reseca garganta

nos hacen olvidar el intenso calor

que mortifica nuestro cuerpo.

 

Gaucin- Serranía de Málaga Andalucía 

                        III

 

Las estrellas iluminan la espléndida Bahía

junto a la luna, que nos guiña su ojo deslumbrante,

disponiéndonos a completar y rematar el día

dirigiendo los pasos a nuestra heladería,

donde Fina espléndida diva, nos atiende

ofreciéndonos apetitosas copas de combinados,

de buenos helados que salen de manos expertas,

las de Juan Rafael, que cual pintor en buen lienzo prepara

todos los días y que saboreamos y degustamos

los clientes de esta heladería de la playa de

Getares en Algeciras.

 

Nuestro recuerdo y gratitud, para un tarifeño

alegre, sincero, chistoso y tierno al que las chirigotas

de Cádiz le brotan de lo más adentro,

salpicándonos las esquirlas que florecen de su gracia

como recuerdo grato y perdurable

que ha quedado grabado en lo más profundo de nuestra alma.

Con el paso del tiempo ni las hojas marchitas del otoño

lograrán borrar su sonrisa, imagen, lozanía,

espontaneidad y gallardía;

la de un velero anclado en la playa de Getares

donde regalan sueños y alegrías,

donde gentes con duende y tronío te atrapan

al calor de su Bahía.

Gaucin- Serranía de Málaga- Andalucía


Hay que estar ciego, sordo, mudo y sin corazón

para olvidarse: si la sangre fluye por las venas

el olvido duele, como la muerte de una madre

o la pérdida de un amigo que nos dejo

en la mejor etapa de su vida.

2007

Antonio Molina Medina