BOULEVARD, EL CAFÉ DE “LA CENICIENTA”



Hubo un tiempo en que las mujeres pobres tenían que compartir, por necesidad, con los niños ricos sus pechos repletos de leche, para poder subsistir. Pero no sólo daban alimento, al mismo tiempo le daban como un susurro, las canciones, las nanas y la historia de su país. Criadas y nodrizas, sirvientas humildes y entregadas, les contaban orgullosas cuentos y leyendas, y de esta forma las mujeres que bajaban de los cortijos dejaban con su testimonio la verdadera historia de su tierra.

 

De ahí la importancia de nuestro Café Boulevard. Para mí fue una nodriza, que me dio la leche y el alimento necesario en el momento imprescindible de mi vida, que transcurría por caminos torcidos y sin salida, sin ánimo de seguir transitando por ella. Era la absoluta oscuridad. Con el corazón roto, sin fuerzas para seguir viviendo, solo y abatido, alguien me indicó un camino a seguir.

—Antonio, ¿por qué no te animas y acudes a las tertulias del Café Boulevard?

Presto y decidido crucé el puente mirando de soslayo a nuestra ría, y me introduje con sigilo y asustado en el recinto sentándome a escuchar lo que se cocía entre sus gentes. Para mí fue el impulso que necesitaba, el amigo que buscaba, descubriendo el agua limpia del nacimiento del río, donde bebía de niño de sus aguas claras y sin clorar.

 

Pero en el Café Boulevard, nuestras ilusiones y esperanzas, el milagro nos abandona, la historia es cruel y maligna. La Cultura no es compatible con el poder o con el dinero. Poseíamos la pureza de la Cultura. Miel pura sacada del panal, depositada en el cedazo que escurría en el barreño para pasar a nuestra boca sin depurar, directa del panal con alguna que otra abeja en su interior.

 

Café Boulevard. Miel sin depurar. Tribuna de libertad. ¿Quizás incordio para los políticos? Al pueblo una vez más se le niega una plataforma pura, libre, de expresión. Federico García Lorca o Miguel Hernández murieron por la libertad de expresar lo que sentían. La libertad tiene un precio que muchos no toleran, implacables cual guillotina la cercenan, la destruyen de cuajo para así poder moldear a su gusto al pueblo con la cultura y para que dominen los de siempre con el engaño y la tropelía. No nos engañemos, nada ha cambiado. El mundo es de los de siempre. Banqueros, clérigos, familias poderosas, militares. Hay que destruir todo lo que no se puede controlar.

 

Pobre Café Boulevard: foco de CULTURA, símbolo de un Bilbao más justo de progreso y libertad, encuentro entre razas y culturas, lugar que no han logrado sobornar y donde brillaba con luz propia la palabra LIBERTAD.

 

A tu café lo quieren matar. Se les llena la boca de cultura para el pueblo, pero qué cultura, para unos pocos, para los de siempre. La cultura que nos venden tiene trueque, está contaminada por unos ideales que no son del pueblo, la pluralidad brilla por su ausencia. El hombre máquina es lo que buscan.

 

Pobre Café Boulevard. Mi Cenicienta. El cuento no tiene final. Los poderosos no lo pueden consentir. Siempre te recordaremos junto al Arenal y nuestra Ría y su teatro universal.

Antonio Molina Medina.

Aprendiz de poeta gracias al Café Boulevard y a sus gentes.

 


CARTA A LA POESÍA

Querida” poesía”:

 Has cambiado el sentido de mi vida.

Me encontraba solo y errante,

por los senderos de la vida.

Y yo, ¡pobre de mí!

sin llegar a penetrarte;

ya te conocía y te leía.

 Un día alguien, sin que él llegara a darse

cuenta, que podía cambiar mi vida,

me indicó el camino y así poder llegar a

encontrarme yo contigo, “poesía”.

Y por más señas una sola palabra:

“Boulevard” palabra

para mí desconocida.

No lo dudé y sin más,

mis pasos dirigí

sin vacilación a mi destino.

 Mi alma triste y sola

necesita compañía,

la angustia que me embarga,

nadie la sentía.

Solo mi corazón viejo y triste,

esa angustia me roía y

se adentró dentro de mí, que

me ahogaba día a día.

Con mucho miedo,

pero con decisión,

firmeza, y ganas de tratar

de enderezar mi vida,

te encontré por fin, amada mía;

mi más querida y dulce “poesía”.

 

Has llegado a cambiar,

poco a poco a este

humilde mortal,

que mucho te leía e intuía.

Pero necesitaba comprenderte

y amarte, “poesía”.

Hoy me siento feliz

de estar con estas gentes.

Aquí en el Café “Boulevard”,

y compartir con ellos la alegría;

ese sabor que da, el poder

por fin, llegar a comprender,

que mi corazón,

también existe el amor,

la amistad y la alegría.

Que es también de los demás

y no solo mío.

 Oh, hermosa “poesía”,

Que me abres las heridas.

Que me incitas y me abrigas.

Que me mantienes despierto.

Por la noche y por el día.

Gracias te doy una vez más,

querida “poesía”

Antonio Molina Medina

Aprendiz de poeta gracias al Café Boulevard y a sus gentes.

 Cada café tuvo su historia… ¡y han sido miles!

Mújica, Jon, Periodista y cronista social de la villa.

 Textos publicado en la despedida del:

BOULEVARD…”VIDAS DE UN CAFÉ”.

En Bilbao. Año 2009


2 comentarios:

  1. Buenas tardes José!
    Es muy bonita tu introducción y tu poesía..
    Ambos los divido en dos partes... Una que encierra ese agradecimiento que tenemos hacia las personas que nos impulsan hacia actividades que a lo largo de la vida nos llenan el alma..Personas y lugares que encierran afecto, cultura .. por cierto entrañables..
    El otro lado es el triste...cuando observamos como deja de tener valor para quienes deberían proteger estos espacios, la cultura de los pueblos, los espacios que tienen una historia que deberíamos salvaguardar .. Un poema impecable el tuyo.. Un placer siempre llegar hasta aqui.. Saludos y muy buena semana por comenzar

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    1. Te agradezco que te cueles en mi ventana ya que siempre estará abierta y sin censura para las y los que la quieran visitar. Ya ves la vejez hace milagros junto al vivió de leer.. leer, leer aprovechando la vida que nos regalaron sin pedir nada a cambio.
      Quizás sean las sombras que aun irrumpen en mis sentidos los que siguen lucidos y desprovistos de esa maleza que nos inculcaron como yerba venenosa y que nos prohibía todo menos lo que algunos querían que hiciésemos… Pero cuando se instala la LIBERTAD bien asentada en tu mente; el mundo cambia de color y ante la represión, sonríe mi alma y deja que transita de ella lo benigno y no la maldad.
      Hoy ante la situación de una enfermedad que asola la tierra, aquí, en este país: tienen menos valor Las y los enfermeros, los médicos, los celadores, los y las que trabajan en la limpieza, ambulancias y un largo etc… que los políticos, militares, gobiernos… Hay que asegurarse que la clase poderosa no desaparezca… lo demás son daños colaterales., como en todas las guerras que ellos provocan…Ya dice el refrán: Siempre las ratas son las que abandonan el barco ante un naufragio.
      Un abrazo. Antonio.

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