Recorre los escombros y las
ruinas
Que, implacables, se erigen
en lo alto de la sierra.
Busca su recuerdo de niño
retozando entre el brezo y la
maleza.
Las margaritas brotan a su paso,
despuntan tallos de jazmines y
rosales libertados.
Sus ojos intrépidos se
encandilan,
dando rienda a los latidos
de un corazón ya cansado…
Que enervado,
se desliza dentro de su cuerpo
Que presuroso,
se desdice de su tiempo.
Mientras, los limones brotan verdes
aferrados a las ramas que brillan
en su verdor
e inundan las calles y plazas de
Granada de olores.
El sol brilla en lo alto de su
montaña.
Deslizando sus rayos sobre su
Alhambra que
enrojece de gloria. Su blancura…,
atrapa.
¿Enroja?
02/02/17
Antonio Molina Medina
Lo que verdaderamente atrapan son tus letras, esas que fluyen de tu manantial, que son arte y belleza.
ResponderEliminarUn placer leerte, mi buen amigo.
Un beso.
Seguro que el paso de la vida es implacable ...y en ello vamos descontando vivencias y recontando pasajes valiosos...
ResponderEliminarpero nunca deja de florecer el limonero...siempre hay un nuevo renacer.