Hoy
he visto la luz a través del espejo.
He
sentido el fluido del requiebro sincero,
El
murmullo del viento que me daba en la cara,
a
pesar de la duda de mi soledad abrumada.
He
dormido entre brasas, sulfurosas y lúcidas.
He
sentido en mi alma la pasión y el olvido.
He
querido sin tregua. He sentido tu alma.
He
vivido por ti... sólo por ti mi amada del alma.
¿Cuántos
versos dados?... ¿No dados?
Sentía
en tu mirada.
¡Cuánta
muerte en mis labios!
¡Cuánta
vida preñada!
Sentía
en mi rostro el amor decisivo
Que
soñaba contigo desde el amanecer al alba.
¡Cuánto
quiere mi alma a corazón sincero!
No
creo equivocarme, me recreo con ello.
Tú,
eres vida. Plegaria, sueños, convulsión…
Serte
de utilidad seria mi ilusión, mujer.
Los míos sembraban los campos de oro.
Rostros
agrietados me alegraban la mañana.
El sol
destilaba aromas salados en sus caras,
que las olas
del cielo surcaban plácidas.
Ellos,
serenos, campando por sueños soñados
que emergían,
vibrando, de sus ojos.
Antonio Molina Medina
17/11/16
Vida, plegaria, sueños, cuanto sentir desprenden tus palabras, cuan intenso tu corazón, así Lates poesía, así siembras versos con tanto sentimiento que sale de tu corazón, por eso tus poemas son una obra de arte, por eso son diamantes.
ResponderEliminarTe admiro Poeta, tu poesía es maravillosa, como todas las que escribes.
Un beso.
¡Cuánto quiere mi alma a corazón sincero!
ResponderEliminarNo creo equivocarme, me recreo con ello.
Tú, eres vida. Plegaria, sueños, convulsión…
Serte de utilidad seria mi ilusión, mujer.
Nunca de querer te canses amigo.
Quieres con el alma y eso es lo que más vale en este mundo tan en desorde.
Tus poemas están llenos de amor a la vida y la tierra, pero siempre amor.
Un gran abrazo.
Ambar
Cuanto vibrar al unísono
ResponderEliminarcuando encontramos la conjunción infinita del amor
que nos remonta al verdadero sitio de lo que nos mantiene vivos.