LUNA

Se topó con la luna una madrugada.
Le deslumbro su fuego y atrapo su alma.
Desde la misma orilla del río que le abraza
cobijó su fría sombra mezclada con su agua.

La luna sonreía. Él quiso abrazarla.
Su abrazo trastorno lo poco que quedaba
de aquel muchacho que cuidaba las cabras.

Ella le acompaño y regaba sus sueños.
Las palabras brotaban del aroma su cuerpo.

La luna se alejaba y él la perseguía.
Y no se resignaba a perder su sombra.
Elevando su cuerpo él volaba y volaba.
Subió tan alto el cuerpo que desgajó su alma.
21/11/16
Antonio Molina Medina



3 comentarios:

  1. Que maravilla de poema, quien en ciertos días de amargura pudiera volar tan alto y despojar el alma, dejando atrás el cuerpo que tanto pesa.
    Un abrazo bien grandote amigo Toñín.
    Ambar

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  2. Ay la luna ¿qué tendrá la luna que tanto inspira a poetas y nos hace elevarnos para alcanzarla?

    Bellísimo tu poema, antonio, siempre es un deleite venir a leerte.

    Un beso.

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  3. Las fantasías mas de las veces
    nos pierden de la realidad...

    La luna siempre se apodera del amante descuidado...

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