Dura será la senda.
Escabroso el sendero.
Las hojas del camino
nos marcarán la ruta
de sueños, muchos
sueños.
La verdad reluciente
superará su filtro.
Menudos orificios
de mensajes nuevos
dejarán de exculparle.
Sin miedos ni apatía
sofocaré mi aurora.
Limpieza y pundonor.
Amar mucho a la vida.
Regocijo ser útil y
curar las heridas,
que poco a poco
limpian
unas manos de aire,
donde soplan
partículas
aireadas de silencio.
Cuando aprieta su mano
y
le muestra su aire
yo me aferro a su
cuerpo
comprimiendo el
aliento
sutil y copulador,
de sustancias aguadas
que por el cielo
pululan
esperando su causa.
13/04/16
Antonio Molina Medina
La mirada de alma, la que todo lo siente, todo lo ve desde el corazón, es la mirada que abraza como un bálsamo de seda.
ResponderEliminarPrecioso poema, Poeta, me ha encantado y también la imagen.
Un beso