MUJER

Acurrucado, arrodillado en su regazo,
busca los sabores del ausente.
Cuerpo dolorido, amansado,
flotando en suspensión entre sustancias
que pululan por el espacio sideral.
Despeja los sentidos atrofiados.
Roza lo infinito, lo trivial.
Aferra a su sombra entre sus brazos
e inquiere entre las alturas su rostro:
para mirarse en sus ojos;
para bañarse en sus labios,
Y degustar los placeres gratos
de la periferia de su cuerpo,
firme y sereno.
Frente a la divinidad que trasmite,
suplicante y férrea
junto al jardín de las delicias
desfoga la riqueza que mana
de su propia alma,
que se confunde con la nada;
para seguir siéndose suyo…
27/04/16

Antonio Molina Medina

3 comentarios:

  1. Riqueza que fluye del alma, desde el sentimiento y el latido hasta la emoción compartida, sintiendo en plenitud de la vida.

    Un deleite leer tus versos.

    Un beso.

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  2. Él no es nada, ella es todo.

    Grandes versos.

    Un saludo.

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  3. Manantial Divino de donde emanan estos versos cuajados de sensibilidad, amor y deliciosa dulzura.
    Leerte es bálsamo para el alma.
    Un gran abrazo amigo Antonio.
    Ambar

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