CAMINANDO POR
SINOVAS
Con un folio
entre sus manos ya repleto de palabras bien aderezadas, factibles y humanas
de donde brota la luz la que nos ciega
el alma, con el resplandor del blanco de una mirada. Instintivo, un solo rayo
de luz se filtra en la penumbra por su ventana, buscando desesperada mente un
alma solitaria, un cuerpo que la esperaba, simplemente humana, dispuesta a
apreciar lo que de la naturaleza nos mana.
Sonríe mientras
camina y ella le acompaña, liberando su anatomía de influjos agoreros, los que
insatisfechos entorpecen sus pasos por la inmensa Sabana que nos acoge y nos da
señales inequívocas ante su portentosa savia. Somos menos que la nada si no somos
capaces de dejar de afrontar por los caminos que transitamos los improperios
que encontramos. Las luces de colores que alumbran nuestros pasos no deslumbran
los sentimientos que afloran en nuestro caminar en un mundo incómodo y mal
preconcebido.
Ya envuelto su
cuerpo en la nada, busca dentro de su alma las huellas dactilares ya repleta de
arrugas, mientras, el sonido de la campana se filtra en los campos y su música
resuena intensa, a lo largo y ancho,
sobre el valle y campiña, por las tierras castellanas, mientras una
tenue lluvia, se posa lentamente sobre el barbecho de la Pedanía. Las viñas se
desprenden de sus colorantes hojas frisadas por las gotas de agua las que
lentamente se deslizan sobre la reseca tierra que generosa la detiene; dejando
a su tronco expuesto y expectante,
esperando sereno afrontar los fríos de su invierno mientras un gorgoreo
de los pájaros se aleja y se repliega buscando otros aires más propicios del
invierno y las ramas enredadas en su indolente cepa, se dejan cortar en la poda
para dejar su cuerpo a esperar su nueva primavera.
En la iglesia
cae, en el sepulcro de su noche y se adecenta para los focos de luz que la
acompaña, mientras, en su eterno, descansan al rescoldo de las melosas y
azucaradas almas, mostrando su otro talante, la que descubrimos a través de sus
farolas que se reponen insaciables entre luciérnagas, que hablan las que en su
Sinovas (pedanía), resuenan entre columnas con su arte.
29/05/17
Antonio Molina Medina
¡Qué belleza de letras! Caminar así escribiendo lo que se siente es una gozada. Abrazos amigo Antonio!!
ResponderEliminarEntre hermosos campos se pasean tus versos, belleza que mecen mis pupilas, hermosas letras e imágenes, mi querido amigo Antonio, venir aquí es venir a disfrutar del arte y la belleza.
ResponderEliminarMi admiración, Poeta.
Besos enormes.