Algeciras- años 50 |
Hasta mis sentidos han
llegado tus letras por donde paseo de la mano de mi madre, aquella mujer
sencilla siempre cargada de niños, unos que la arropaba y otros llevados en sus
brazos.
Serpentean las serpientes
a través de las ondas de la noche y los calamares dejan que su tinta se expanda
por las aguas de las ensenadas…Luce hoy más intensamente los recuerdos que
nunca están dormidos… ya que el tiempo es como un suspiro, y hoy abren las
heridas de mi cuerpo y se posa en mi alma su recuerdo… Sí, esa madre que lo dio
todo. ¡Y sufrió más de lo que los seres humanos estamos acostumbrados a sentir!
Siempre aferrado a su mano, entre trenes y caminos, entre pueblos desconocidos,
dejaba su cuerpo aterido de frío, por las hordas de la infinita deshumanización
que le tocó vivir.
Suenan los clarines de la
nostalgia y dejo que mi mente se deje llevar por los caminos de cabras y
becerros, y caballos y burros… donde quedó su cuerpo malherido y su mente sin
abrir por los avatares de su lúgubre e incierto caminar por su noble
existencia.
Pero
sigue viva en mi recuerdo sintiendo su dolor en mi mente y su amor vencido
entre seres que se dejaron la vida en su propia contienda, donde la marginación
poblaba la de ella y todas las mujeres de su clase.
El Cobre-Chorrosquina-Algeciras
Cuando los sueños se rompen.
Cuando aparece la noche, se necesita otra vida.
Para poder compartir, como un niño necesita a
una madre que lo arrope.
Para mecerle en la cuna con el amor en la cumbre.
Antonio Molina Medina
23.12.21
Un texto como nos tienes acostumbrados, con todo lo que expresas y que sale desde el fondo de tu corazon, como solo un hijo puede sentir..
ResponderEliminartus letras siempre nos dejan una enseñanza de amor y me siento agradecida por ello.
Paso a desearte una hermosa nochebuena y Feliz Navidad en compañia de afectos, prosperidad y bendiciones para todos. Abrazo grande grande Antonio
Gracias mi querida amiga. Quizás el poco o mucho amor que recibimos nos hizo fuertes y libres…. Cuando la alberca de agua para el riego se llenaba nunca de dejaba que lo hiciese… el agua era sagrada y se abrían un portillo donde un tapón de corcho con una alambre impedía la salida de su agua… y nos mandaban a tirar del alambre para que el agua corriese a los sembrados de nuestras huertas…. Siempre dejando que el agua cubriese esa boca para volver a taponarla para otra riega.
EliminarAsí somos algunos que supimos acumular esa agua en nuestro corazón y dejar escrito los nombres de tantos seres que lucharon contra el hambre y la maldad en tiempos de una dictadura que algunos --- parece--- quieren que vuelva—con esclavos para los campos de siempre.
Un abrazo y gracias por tus palabras.
Mucha felicidad y sueños ya que sin sueños la vida no existe.
24.12.21
que bien que escribes
ResponderEliminarTe felicito
Un abrazo desde
Miami
Muchas Gracias... Quizás los años se acumulen en su cuerpo pero la sangre se regenera dando paso a los profundos sentimientos cómo es el recuerdo de una madre.
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