Majaralto. Chorrosquina. El Cobre |
La Luna le despertó,
Con lunares en su cara
Deslizando su sombra enamorada,
Y, créeme, no me disgustó,
Pues su luz me iluminó,
Y me dió un beso en la cara.
De este nuevo despertar
Brotó sonrisa dorada.
Brioso, cual buen jinete, aferrado a su montura
Galopó por sus entrañas,
Se adhirió a su cuerpo,
Se aferró a su alma
De silla de piel combada.
Cabalgaron juntos
Entre espinos y jaras,
Juncos... verdes juncos
Sortearon sus caras;
Ellos contemplaban
Lo que el río cuchicheaba
Cuándo su agua cubría sus caras.
¡Bendita cosecha!
¡Bendita su alma!
Porque ella es de fuego,
De hielo,
De escarcha.
Antonio Molina Medina
15. 07. 23.
La luna se viste de magia entre el brillo de tus palabras.
ResponderEliminarUn placer leerte, mi querido amigo y admirado poeta.
Que estés pasando unas felices vacaciones.
Un abrazo.
Quizás sea que la luna la que trasforme las metáforas en avecillas voladoras, golondrinas revoltosas que se aupen al fondo de la sierra para compartir la rica miel de colmenas antiguas las que dejaron junto a la cuna de un niño esa vida hoy sencilla la que anidada entre las ramitas del nido... Oso volar y trasformar una vida en sueños y luciérnagas las que dejaron las veredas limpias y seguras.
ResponderEliminarPuede que alguna Luz enfocó en su mente cuyos versos se alinearon en el fondo de su Alma.
Gracias generosa dama... Ayer brotaba la Luna con la fuerza que me dan tus palabras.
Un abrazo.