Majaralto. Chorrosquina. El Cobre |
La Luna le despertó,
Con lunares en su cara
Deslizando su sombra enamorada,
Y, créeme, no me disgustó,
Pues su luz me iluminó,
Y me dió un beso en la cara.
De este nuevo despertar
Brotó sonrisa dorada.
Brioso, cual buen jinete, aferrado a su montura
Galopó por sus entrañas,
Se adhirió a su cuerpo,
Se aferró a su alma
De silla de piel combada.
Cabalgaron juntos
Entre espinos y jaras,
Juncos... verdes juncos
Sortearon sus caras;
Ellos contemplaban
Lo que el río cuchicheaba
Cuándo su agua cubría sus caras.
¡Bendita cosecha!
¡Bendita su alma!
Porque ella es de fuego,
De hielo,
De escarcha.
Antonio Molina Medina
15. 07. 23.
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