Rio Nervión a su paso por Basauri (Bizkaia) |
J. M. BOMBIN (Nos dejo)
Entre moles de cemento
a la orilla de su ría
se encontraba un ser querido,
quizás olvidado, o quizás perdido.
Después de una contienda fraticida,
de un exilio prolongado,
encorvado por los años
emerge aún su efigie.
Su fibra es inquebrantable.
Hoy con la pluma en la mano,
ayer con el fusil obligado,
defendiendo libertades
con su cuerpo erosionado.
Su corazón es humano,
tuvo que escapar de la muerte
con el fusil en la mano.
Acompañó a Rafael, a Neruda,
A Falconeti y también a Mora Guarnido,
el que de niño pasaba
las tardes con Federico.
Hoy la vida se le acabó,
su cuerpo se fue agotando,
pero su espíritu es fuerte;
de su pluma brotó el llanto.
Recostando su figura
al mismo borde de su ría,
la que le vio nacer,
aún late su corazón
y permanece su figura.
Antonio M. Medina
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