TENGO SED EN LA GARGANTA


Llegada de tierras lejanas,

de tierras del llano y de la montaña,

de campos frondosos,

fuentes de agua clara

llenas de familias

rotas, desplazadas,

daños colaterales,

así le llamaban

los que nos vendían

yo no se que patrias.

En esta otra tierra

llena de esperanza

formaron familias,

construyeron casas,

echaron raíces

en ésta tierra clara

donde nuestros hijos

briosos jugaban;

que brotaron de ella

cual tallos fecundos

para repoblarla.

Antonio M. Medina

 

2 comentarios:

  1. Daños colaterales… qué terrible expresión. Es como la de fuego enemigo. Como si “dulcificando” las palabras tuviéramos que aceptar el horror y el espanto.

    No me extraña que tengas sed en la garganta, y lo peor es que no hay agua que apague esa sed. Ya se encargan otros de que no sea así.

    Besos y abrazos.

    ResponderEliminar
  2. Gracias Mari Carmen,
    la sed es necesaria para seguir viviendo.

    un beso

    ResponderEliminar