La luna se ha
entristecido,
esta noche no
ha brotado,
la noche no
quiere verte,
las sombras que
yo buscaba
se oscurecen
por no conocerte.
Yo necesito la
luna
aunque me
produzca muerte
pero ella es la
sombra
de todo lo que
se siente.
La sombra… mi
sombra,
yo corrí tras
ella un día
hasta que ella
me atrapó
y me envolvió
con su cuerpo
para olvidarme
de mí
y pensar en
otros cuerpos,
otros credos,
otra gente,
otros mundos y
otro cielo;
para poder
encontrar
a los seres que
aún anhelo,
camuflados en
el aire,
que van
soplando su amor,
la amistad y el
consuelo
en otro mundo
más lleno.
Antonio Molina Medina
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