OTRA VEZ LA PALABRA

Llegó la calma hoy, a su costado
serenando la fiera que domina, y
con fuerza maneja las heridas,
las abre y cierra a su antojo, presumida.
 
La noche fue oscura, la mañana se aclara
a pesar de la lluvia y el agua…
El verde de los campos se inunda de
                                      humedades
que limpian de lo malo a almas doloridas.
 
Otra vez la palabra acomete el milagro,
Y risueña se alaba con tinta y con papel.
 
Un puñado de sueltas letras, ha encontrado
las inscribe en su alma, y le enjugan las lágrimas
que han marcado el camino, derramadas.
 
Antonio Molina Medina

1 comentario:

  1. Las lagrimas no deben contenerse, deben fluir, deben liberarse del interior, porque es saludable desahogarse para que vuelva otra vez de nuevo salir el sol.

    Un beso.

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