Tu cascabel resuena aun sin viento
Su roce es vida la que desprende
Su brillo reluce hermoso,
está tan limpio como la nieve
Me gustaría ser alambre, cuerda o pita,
para que se deslizase por ella
Y recoger esas gotitas que desprende
su sonar sincero.
Caminas por senda bien guardada
Pertrecha con seres que conectan
con la luz que desprende tu mirar
La tierra, la que pisas, es fecunda y generosa
Junto al trigo que brota de ella como alimento espiritual.
Eres espíritu que ama las cosas sencillas,
a la gente sencilla, por eso son bellas.
Me veo montado en el trillo,
aquél que tantas veces soportó mi cuerpo
Cuerpo menudo y tierno el de mis primeros años
Los de mi tierna infancia y que tú alimentas
del puchero en la candela
Repleto de “papas” junto al brote
de esto que yo le llamo versos
Los que nos unen para poder vivir
en este mundo incierto.
Antonio Molina
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