Para ti, mujer, que le sabes
comprender.
Que sabes escuchar a una
marchita vida.
Una vida dolorida.
Llena de miserias escondidas.
Que tu mujer has logrado
destapar,
desenterrar porque estaba en
tierra fina,
arena removida en su largo
caminar.
Tu corazón se abalanzó sobre
la presa.
Arrancó las impurezas
Podredumbres y miserias.
Ahora es tierra abonada
con la sangre de heridas
mal curadas, mal cerradas,
de una vida ya vivida.
Tu serás de su pensar
embrujado de locura
el espíritu camina hacia la
ilusión.
Gracias a tu bondad, hoy
estoy.
Entre, los calladamente
expertos
en reorganizar su vida
en pos del entendimiento.
Degusta su interior.
Aplacar, suave, la ira
y la subes al columpio
de este parque de la vida.
Antonio Molina
Hay espacios que respiran paz, como este. No hay resentimientos, odios ni inquinas… Solo un enorme amor por la poesía y la amistad.
ResponderEliminarNo siempre dejo comentarios, pero siempre estoy :-)
Besos y abrazos
ResponderEliminarGracias. Mari Carmen, yo se que estás ahí, aunque los comentarios son de agradecer. Pero es de agradecer que alguien comprenda lo que brota de nuestro interior.
Un beso
Parque con columpios. Tren aprestado a llegar a destino, casi siempre incierto.
ResponderEliminarPero esa es, eso es la vida.
(Interesante el hallazgo de este blog)
Saludos
Gracias compañero en la escritura. Descubrir una forma de vivir que te llena. Y te realizas como un chaval con zapatos nuevos, metido en un charco de agua..., es para algunos que necesitamos las palabras para comunicar-nos, como única forma de entendimiento, en este mundo tan absurdo e inhumano.
ResponderEliminarUn saludo
Antonio