Te siento cerca
de mí,
estas en mi
pensamiento
me abriga tu
compañía,
tu compresión y
ternura.
Percibo tu
aliento que
me penetra como
agua fresca,
inundando toda
mi existencia.
Tu figura
resplandece
cual lucero en
la noche de estrellas
iluminando con
su luz
la lava del
volcán que fluye del calor
de tu pecho
estremecido.
Mujer que
soportas mis torpezas,
mis angustias y
mis miedos,
mis rarezas y
mi genio,
recibe la dicha
que mereces.
Mujer
silenciosa, nobleza en tu corazón
y firme en tus
convicciones.
Retumban tus
consejos en mi interior,
que firmes y
certeros
como el filo de
una daga
se adentran en
mi proceder
encharcándome
por dentro.
Antonio Molina
Pasaba por aquí y he decidido quedarme..
ResponderEliminarA ver que nos traes de nuevo.
Preciosa poesía.
Un saludo!!
:)
Gracias Xay. Pasaba por aquí... Yo solo pudo ofrecer regueros de hormigas junto a animalitos chiquitos que eran los únicos amigos que tenia cuando niño en un cortijo en la sierra. Pero eran amigos fieles... no conocía otra vida... Me daré una vuelta por tu morada, para hacer una piña con la poesía.
ResponderEliminarun abrazo
Antonio