A pesar de la distancia que
nos separa
la paloma mensajera,
hendiendo el aire,
siempre llega al destino
señalado
y, oprimiendo contra su pico,
reparte la buena nueva
que nos llega de otra tierra,
tierra para mí añorada.
Tierra repleta de historia
que brota tiernos suspiros,
llena de blanco rocío
en sus noches frescas
cielo limpio, luz divina
que me rompe el corazón.
Seres que por su nobleza
acaparan mis sentimientos
y me ayudan a vivir
en este largo destierro.
Los recuerdos afloran
como manantial fecundo
cuando de niña corrías
como libre cervatillo
por estas verdes praderas
que el buen Dios nos ha cedido.
Hoy la paloma me ha arrojado
de su pico tu mensaje,
que de tu cuerpo ha brotado
el germen, que ha florecido
nueva vida, fresca brisa
que aflora, como verde tallo
en esa tierra fértil y culta,
llena de seres, sabios y
nobles
que poblaron sus calles y
avenidas,
mezquitas y atalayas,
rodeada de murallas
de la Córdoba sultana.
Los caminos son tortuosos,
la monotonía nos acecha,
se esconde en los lugares
más recónditos y menos
inesperados.
Verde fue tu primavera
y verde será tu cielo,
disfruta de ese lucero
que ha salido de tu vientre,
que será vida y guía
junto a la reina y compañero,
que sea tu regocijo
compaña noche y día en mi
añorada,
soñada y querida Andalucía.
Antonio Molina
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