Una mañana abrió
su ventana
Intuyo su aliento cercano
en su cara
Se aferro a su
niebla que seguía sus pasos
Y perdió la
inocencia al sentir su abrazo
Su corazón que
todo lo desea
Miraba su cuerpo;
perseguía su alma
Y encontró sus
ojos, de firme mirada.
La lumbre de su
cabaña, en silencio se filtraba
Dejando un reguero
de colores
Que sus llamas
provocaban
El negro de sus ladrillos
No se dignaban tocarla
Entre celestes colores
Volaba firme su alma.
Antonio Molina Medina
18/01/15
Antonio .....románticas letras en tu bello poema !!!
ResponderEliminarRecibe mi saludo desde Argentinaaaa
Un alma que vuela lejos, una mirada que siente, una sinfonía que se escucha a través de tus versos, un corazón que palpita, una mañana abrigada al alba de unas notas que se escuchan.
ResponderEliminarMi admiración siempre hacia tus hermosos poemas, todos llegan al alma.
Un beso.
Precioso poema que hace latir el corazón entre sus letras.
ResponderEliminarfelicidades.
una lluvia de besos
Hay, hay hay Antonio.
ResponderEliminarComo me ha gustado, tocado el alma y traído recuerdos de cuantas veces leí esa y otas cosas de García Lorca, un mal día presté mi adorado libro a una amiga y nunca más volvió.
Un abrazo.
Ambar