El murmuro del agua se
entrecruza con sonidos de vida escuchando su voz, su sonrisa, su emoción y su
dicha. De improviso una manada de gorriones me traen la buena nueva. Son las
vocecillas menudas, sinceros corazones, que se cuelan en mi alma. Son voces que
queman que atrapan mi corazón sediento de calma.
Son ángeles volatices que
vuelan de provincia en provincia. Por el cielo azul y tierra fornida un rayo de
luz atrapó sus vidas. Diminutos ojos perdurables, serenos nos miman.
Antonio Molina Medina
04/01/18
Angeles que vuelan desde la ilusión y la sonrisa.
ResponderEliminarPreciosa entrada.
Más besos.