Decía en una carta Unamuno: <<Es verdad, hay que soñar despierto. No debemos crearnos un mundo aparte en que gozar fantástica y egoístamente de la contemplación de nosotros mismos; no debemos huir de la vida para forjarnos una vida mejor que sea estéril para los demás>>. Mairena condenara a aquellos pensadores que, en nombre de la supremacía y de la neutralidad del saber, cuidaban siempre de apartarse de las <<masas>> populares. <<El divino Platón filosofaba sobre los hombros de los esclavos. Para nosotros es esto estéticamente imposible>>.
Antonio Machado
Majaralto-Chorraoquina-El Cobre-Algeciras |
Majaralto- Chorrosquina- El Cobre-Algeciras |
Hoy, desnudo ante la tierra, su cuerpo se agita, se convulsiona entre
dolores de parto incapaz de sentir el paisaje donde nos procrearon, volviendo a
recrearnos con el dolor que aprendimos a sentir desde nuestra propia infancia.
Pero la vuelta de la primavera, con el despuntar de las flores que se deshacen de los olores de su
tiempo, nos catapultan de nuevo a la verde y sentida realidad; ya que la verdad
se vuelca desde su mente entre las reatas de emociones de su primavera, la que
nos curaba desde que su cuerpo existía, en una población de la baja Andalucía
conviviendo y soportando a una burguesía algo beocia, que ha vuelto a resurgir,
que nunca nos abandonó desde que nos echaron de ella por ocupas; siento toda
nuestra vida esa locución dañina que muchos no conocen pero si aquellos que la
vivimos en nuestras propias carnes y no se lo deseamos a nadie.
Rio de la Miel-El Cobre-Algeciras |
Sucedió un tiempo en el que, subido su cuerpo entre
carretas y monturas de bestias de carga, las que transitaban acompañados por la
claridad de la Luna en sus noches muy serenas, aferrados a las colas de las
bestias ya cargadas por los caminos, portando el amarillo fruto que brotó de
embarazadas semillas, hoy espigas, después de meses de parto y de llantos, y de
fatigas de copular los trigales, dejando los campos repletos de semillas que la
tierra fecundó, devolviendo su legado tras el agua, el calor en los campos de
su alma, y la trilla; abrazando en sus prados de viejos rastrojos alimento para
los animales que rebuscaban por los serenos campos ofreciendo sus rastrojos el
sudor dejado por aquellos que no nos dejaron la ira y si el amor y la calma
como perfección de nuestras existencia.
26.03.23
Antonio Molina Medina
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